El repertorio del señor Alberto Plaza lo conocemos (y lo hemos cantado) de memoria. Lo desconocido para muchos era su cercanía con el fútbol: en esta entrevista con el periodista César Vivar, no solo recuerda, con mucha nostalgia, algunos de sus conciertos en nuestro país. También nos habla de su etapa como directivo en la Universidad de Chile, del polémico uso del VAR y de la Selección Peruana, quien en casi 20 días enfrentará a su país por las Eliminatorias Qatar 2022: “Es un equipo con buen juego colectivo y tienen un técnico (Ricardo Gareca) que es un lujo".
Don Alberto Plaza, bienvenido al Perú: ¿cómo se encuentra?
Gracias, César. Estoy muy contento, disfrutando de la familia, a pesar de todo lo que nos está pasando (pandemia), uno tiene que darle sentido a esto, y la llegada de mi hijo León, que va a cumplir un mes, nos tiene felices. Nació con algunas complicaciones, pero están siendo superadas de a pocos. Ya está en la casa, estamos felices con él, así que tengo la alegría con un nuevo habitante en este planeta. Hemos colaborado con el aumento de la población.
Y el nombre de León se debe a que es un luchador...
León porque es un guerrero, me encanta ese nombre. Le viene muy bien a él, además, porque ha luchado por su salud. Él nació con ciertos problemas en la mandíbula que no le permiten respirar muy bien y se estaba analizando la posibilidad de operarlo. Es un luchador, es el rey de la selva.
Entonces hay dos pequeños en casa: León y Victoria…
Victoria tiene tres años y siete meses, es una belleza absoluta. Es una niña inteligente, talentosa y muy despierta. Y tengo dos hijos mayores que viven en Chile; yo vivo en Estados Unidos con Josefina. Y esa (tener a sus dos hijos mayores en Chile) es una espinita que tengo en el corazón, porque están lejos. Pero existe esto (zoom), y felizmente todos los días hablamos. Y si bien no es lo mismo, nos mantiene comunicados.
Usted compone ‘Milagro de Abril’ por el nacimiento de su hijo mayor, pero también hay un milagro en marzo y otro milagro con la llegada de León…
Hay cuatro milagros, en realidad, pero el milagro real es José Domingo, porque la canción está hecha para él, incluso, tres años antes de que naciera. Yo compuse esa canción para llamarlo, porque no venía, porque se demoraba en llegar. Y justo nació en ese mes del 2001. Los otros tres son el milagro propio de la vida.
¿Le costó adaptarse a esta nueva normalidad? ¿Siente que en estos tiempos es más fácil componer?
Bueno, no me costó adecuarme porque siempre fui muy tecnológico y porque ya tenía una estructura que me permitió de forma inmediata transitar de un mundo al otro. Yo tengo toda la tecnología hace mucho tiempo y siempre actualizada, que me permite este tipo de interacciones, con el estudio que puedo armar, con el audio, con lo que sea. Así que me adapté muy rápidamente y ni bien ocurrida esta pandemia, empecé a hacer ‘Plaza en tu casa’, donde todos los lunes en la noche me comunico con la gente que me sigue y cantamos, les muestro videos y reflexionamos.
Ahora, componer, sí complica. Con todos (la familia) metidos acá –Victoria dando vuelta por toda la casa y siendo un equipo en las tareas por León–, no estamos en condiciones de componer. Evidentemente uno se tiene que adaptar. También tiene que ser transitorio, porque necesitamos por varias razones salir a cantar. Una razón, por ejemplo, por la situación financiera que cada artista debe tener, pero otra importante es el enriquecimiento espiritual para el artista y el público, porque el público necesita ir a un espectáculo. Yo mismo necesito ir a un espectáculo, y necesito estar en un escenario en mi posición de artista, porque ese contacto es indispensable.
¿Un lugar inusual donde le llegó a la mente una letra o un párrafo de una canción?
No hay ningún lugar sencillo, de hecho los lugares que uno crea o busca para concentrarse tampoco lo son. Yo solía ir a una playa en invierno para encontrar inspiración, pero ni allí es tan fácil, sobre todo porque soy muy exigente con las canciones que hago. A mí me inspira manejar, ir en auto. Una de las canciones que más me gusta es un huayno, que se llama ‘Dime, hermano’. Me gusta mucho la música del altiplano, de nuestra Cordillera de los Andes. Y esa canción la compuse manejando una noche, mientras regresaba de un concierto de una ciudad lejana de Santiago. Y también cuando voy en bicicleta me inspiro, por eso voy con celular para grabar. Porque la idea se va; alguien llama (al teléfono) y (la idea) no vuelve.
¿Hubo alguna canción que escribió y dijo esta será un golazo y no tuvo el éxito que esperó?
Antes yo tenía una empresa discográfica que hacía el trabajo de difusión y proyección en una obra. Hoy no, hoy está todo en mis manos y eso hace que la proyección de una canción sea mucho más difícil de predecir. Pero hay canciones mías que me sorprendieron por todos lados, porque pensé que no iban a llegar muy lejos y llegaron muy lejos. Por ejemplo, hay una que se llama ‘Sentencia’. Es muy extraño suponer que le iba a ir bien, porque en un mundo donde las canciones tienen un formato, este es un soneto. Pensé hacerla para mí y grabarla, y fue mi mánager que me dijo: ‘tú estás loco... cómo se te ocurre que a esta canción no le va a ir bien, es una belleza'. Resulta que es una de las canciones más importantes de mi historia discográfica. Y hay otras canciones que pensé que iban a hacer más exitosas de lo que fueron... llegaron a un punto en que no crecieron más.
‘Ahora’ es una canción que me ‘mata’...
El origen de esa canción es de Jaime Ciero, es un músico que ha hecho muchas cosas conmigo, que es un genio y que vive en Los Ángeles. Con él he trabajado buena parte de mis mejores éxitos y un día me manda esta canción, y yo quedé atravesado. Yo dije esto es una belleza, tenía algunas cosas que creía necesario cambiar en el texto, no en la música. Pero es de él en realidad, porque yo le pegué una ‘mano de gato’.
El mérito que puedo tener ahí, si es que tengo alguno, es que yo le di proyección a la canción, porque cuando la recibí, fui y le mostré a dos personas que estaban conmigo. Esas dos personas la escucharon y me decían ‘es muy linda, pero no es mejor que ninguna de tus canciones’. Yo les respondí: ‘bueno, gracias, pero esta canción es mejor que todas mis canciones. Acuérdense de lo que les digo’.
Al transcurrir 17 años, efectivamente es una de las canciones más escuchadas, es la más escuchada en Spotify, en Youtube, de las que más se hicieron versiones. Si tengo algún mérito es descubrirla, como esos que van a los barrios a descubrir muchachos y se los llevan a Barcelona (risas).
Usted fue La Masia (risas)...
Yo soy un scout de La Masia. No quiero decir que soy equivalente al Barcelona como cantante (risas), pero por lo menos le di la plataforma.
A propósito del fútbol, se viene un Chile-Perú, por Eliminatorias, y sé que usted disfruta mucho de este deporte. Incluso cantó en la despedida de Maradona: ¿cómo nace esta conexión?
Yo soy enfermo del fútbol, yo puedo ver cuatro partidos seguidos, y partidos que a veces son intrascendentes. Trato de seguir a los grandes equipos, me gusta mucho el Manchester City, pero también los equipos donde juegan los chilenos. Ahora en el Inter está jugando Alexi y Vidal; yo también soy gran admirador de Manuel Pellegrini. ¿Cómo así? Porque cuando Manuel fue entrenador de la Universidad de Chile, yo era parte del consejo deportivo del equipo. Sigo a Manuel donde esté y ahora está en el Betis, por lo tanto yo soy del Betis. Además también juega Claudio Bravo allí.
Está conexión del fútbol va más allá de lo racional, pero no soy el Tano Pasman... no pierdo la cabeza. Desde niño fui muy fanático de fútbol, tenía la firma de todos los jugadores de la ‘U’ cuando tenía 11 años. También tenía recortes en los cuadernos y pegaba los resultados de todo el año. Jugué mucho fútbol en el colegio, en la universidad...
¿En qué posición jugaba?
De defensa central y después de lateral derecho. Siempre de lateral derecho tiran a los más malitos. Pero de central anduve bien… luego fui integrante del consejo deportivo de la ‘U’. Hice la canción con la que la selección chilena fue a Francia 98. Cada partido eliminatorio es una concentración máxima, es una tarea. No es un pasatiempo.
Se me vienen dos jugadores que estuvieron en la ‘U’ de Chile: Flavio Maestri y Raúl Ruidíaz; este último jugó poco, pero hacía goles...
Entraba y hacía goles. Por qué no lo consideraban más como titular. Flavio Maestri era un gran jugador. Tengo mala memoria para los libros y las películas. Puedo ver otra vez una película sin saber cómo va a estar el final. Y en el fútbol también me pasa, se me olvidan muchas cosas. Veo partidos que tengo guardados y aún me pongo nervioso. Pero de ambos (jugadores) me acuerdo.
¿Le gusta el VAR?
Me gustaba el VAR, pero vino haciendo unas cosas increíbles. En el partido Chile con Uruguay hay un penal clarísimo; en el Francia 98 a Chile le cobraron un penal igualito y alegamos todos los chilenos que ese penal no fue penal. En el partido que acaba de jugar Perú con Brasil, el VAR fue un escándalo. Para qué tenemos el VAR si ni siquiera lo vamos a mirar. No puede ser. En el partido de Chile con Colombia hubo otro escándalo. Yo creía en el VAR, pero uno viendo estas cosas da para reflexionar.
Yo prefiero que el árbitro se equivoque y no haya tecnología. En la Copa América Centenario, por ejemplo, hubo el caso donde Raúl Ruidíaz aparece y termina haciendo un gol contra Brasil (con la mano)...
Recuerdo muy bien porque yo hice un comentario. Mandé una carta a El Mercurio, y una carta durita. Llamaba la atención desde el punto de vista de la ética, porque el jugador tiene que ser ético. Hay mucha gente observándolo y los niños sobre todo que están aprendiendo de ellos. Desde mi punto de vista, hay situaciones donde el jugador debería decir ‘no’. Decir: ’Yo hice esto con la mano y no lo puede validar'.
Se me criticó mucho, se me atacó mucho que era contra Perú, como soy chileno. No tiene nada que ver. Hubiera sido lo mismo si era de Nueva Zelanda el jugador. Yo lo que estoy defendiendo es la integridad que tiene que haber dentro de la cancha. Hay demasiada atención sobre todo de los niños, que vienen aprendiendo de la trampa, de la mentira, del engaño de la mano de Maradona, de la caída ridícula de Neymar, quien es un artista del engaño y de la mentira. El fútbol debería ser limpio. Cuando yo veo el fútbol inglés, es un deleite, es una obra de teatro donde no inventan cosas, donde sí juegan los que tienen que jugar. Y cuando hay conflicto, la mayoría de jugadores que lo provocan son latinos. Son jugadores de nuestro entorno, de nuestro vecindario, de nuestros países, donde América Latina alimenta esa escuela de la mentira.
A lo que yo iba era que yo prefiero el error humano a que el VAR me meta la mano al bolsillo teniendo la tecnología... Desvirtúa todo
Es utilizado por personas, que tienen una formación, un origen y una estructura mental de acuerdo al lugar donde nacieron. Es muy diferente la utilización en América Latina -incluso en España, lo vimos con el Betis-, que en Inglaterra o en Alemania, o en Irlanda. Es decir, no va a pasar una cosa como la que pasó en el partido de Chile con Uruguay en Inglaterra. Yo he visto tantos partidos en Inglaterra, he visto tantas manos que cobraron en el VAR y el árbitro que va, mira y cobra, y nadie alega. Entonces no es la tecnología, es cómo se utiliza la tecnología.
Lo llevo a su conexión con el Perú, porque uno revisaba los diarios o la publicidad y usted tenía conciertos en nuestro país de dos a tres veces al año. En febrero, de todas maneras. San Valentín era con Alberto Plaza, con la Miriam Hernández, como le dicen a ustedes: ‘la Miriam’. Tiene una cercanía muy grande con el Perú...
De hecho Perú fue uno de los primeros países a los que yo salí a promocionar mi música. Recuerdo la primera vez que fui me sorprendió mucho que mis canciones habían tomado residencia en los corazones de mucha gente más de lo que yo pensaba. Fui a hacer promoción y conocí a unos músicos, muy grandes músicos, que después con la vida me seguí encontrando. Tuve el privilegio y la alegría de conocer a Gian Marco, un portento, un creador increíble.
Y me fui enamorando por supuesto de Perú, de tantas visitas que he tenido a distintas ciudades, por lo demás, y siempre con tanto cariño, conciertos enormes que hicimos en la ‘Feria del Hogar’. También en el Hotel Los Delfines. Hemos hecho tantas cosas, la verdad que he ido muchas veces al Perú, hasta que hicimos la celebración de los 25 años allá en el Jockey y fue muy impresionante, con artistas que me acompañaron y de verdad siento que cada vez que voy por para allá es una fiesta. Ojalá esa fiesta se vuelva a producir pronto porque necesitamos del encuentro, necesitamos, como digo, ese cara a cara que es tan necesario.
Usted tenía, en ese concierto de Los Delfines, una función doble. Lo recuerdo mucho porque estuve en ese concierto y tuvo dos visitantes: su compatriota, la señora Cecilia Bolocco, que llegó acompañada con el que era el presidente del Perú en ese momento, Alberto Fujimori. ¿Usted sabía que iban a llegar?
No, no tenía ni idea. Supe al final, yo hablé con ella y me dice: ‘Alberto, estoy en el Perú. ¿Dónde estás?, ¿vas a dar un concierto? Yo vine a entrevistar al presidente para un programa, pero voy a tratar de ir al concierto'. Yo le dije: ‘Ven, voy a dejarte entradas ahí’. Y me avisan, cuando estaba en el camarín, poco antes del concierto: ‘Viene Cecilia Bolocco con el presidente’. ‘¿What? Vamos’, dije. Entonces mientras yo cantaba, aparecen en primera fila, estaba el presidente Fujimori y Cecilia Bolocco.
Aquí hay una anécdota muy entretenida, porque la canción ‘Bandido’ fue elegida la mejor del año en Perú y llegó a estar muy arriba y todo el mundo la conocía. Entonces, por lógica, la dejé para la vuelta, o sea no la canté en el bloque central sino que esperé que la gente diga “otra, otra” y volvía con ‘Bandido’... remataba el concierto arriba.
Entonces canté todo el concierto, me fui, la gente gritaba “otra”, y en ese momento el presidente salió, lo vinieron a buscar la seguridad y se fueron con Cecilia, porque después del concierto imposible irse por todo lo que se produce ahí. Así que lo sacaron rápidamente. Y en el momento que va saliendo, el animador del evento dice: “Pero este bandido no nos puede dejar”... y estaba el presidente yéndose por el pasillo. Entonces el presidente se ha dado vuelta como diciendo: “¿qué pasó, ‘compadre’? ¿me lo dicen a mí?”. Ahí volví yo y canté la canción, pero el presidente no debió haber captado esto, no tenía idea de la canción. No sé si él sabía quién era yo, él fue porque estaba Cecilia Bolocco y lo llevó al concierto. Espero que lo haya disfrutado pero al final lo trataron de bandido. Qué cosa más rara.
Cosas que pasan, ¿no? Finalmente los presidentes de esta parte del mundo terminan siendo un poco ‘bandidos’ o más que ‘bandidos’...
A cualquier presidente que vaya caminando por ahí le va a caer la canción.
Volviendo a lo deportivo, que sea un gran partido el que viene el 13 de noviembre en Santiago. Se lo menciono porque usted no es solamente enfermo de la ‘U’ de Chile, sino también de La Roja, ¿no?
Va a ser un gran partido como son todos los partidos entre Chile y Perú. De hecho, yo le tengo un miedo terrible a Perú porque está jugando muy bien. Me acuerdo cuando Perú, antes de que llegara Gareca, venía mal, no clasificaba y de repente cambió. Y alguien me preguntó, cuando estaba en Lima, sobre el momento de Perú y yo dije: ‘ojo con Perú, va a cambiar con este nuevo técnico (Ricardo Gareca), aquí le va a cambiar la cara a la selección’. Y así fue como clasificaron y se transformó en un equipo que es un peligro. Perú también antes fue un peligro, cuando jugaba Cubillas, cuando jugaba Sotil y cuando jugaba todos esos grandes jugadores, ¿no? Pero después se fue para abajo, pasan por etapas los equipos. Y ahora es un peligro, Perú es una potencia futbolística hoy día, en el contexto latinoamericano.
Es más, en los últimos partidos frente a Chile, no en Eliminatorias, todo ha sido favorable para Perú (en el amistoso en Miami y también en las semifinales de la Copa América)...
Lo recuerdo, además, un partido que fue una guerra de goles, fue en Santiago, lo recordarás que fue increíble, terminaron 4-3 creo o 4-2. Mi memoria, como te digo, me falla, pero recuerdo que fue un partidazo que Perú pegó dos o tres tiros en el palo y que podrían haber sido gol, fue un partidazo. Entonces yo creo que Perú es una potencia hoy día, digamos, está bien, tiene buenas individualidades pero también tiene buen juego colectivo, tiene un técnico que es un lujo y siento que va a ser un partidazo, como todos los partidos con Chile.
Es lindo escuchar los himnos completos, sin interrupciones, es lindo ver los minutos de silencio que se respetan enteros, tiene su lado romántico y bueno de esto de no jugar con público, aunque el público le da sal y pimienta a los partidos, pero también muchas veces lo ensucia. Por eso ojalá que cuando vuelva, vuelva con educación y cortesía.
Bueno, suerte para noviembre. Por supuesto cada uno va a hinchar por su selección, ojalá me toque viajar a Santiago porque ya tenemos los pasajes pero estamos esperando que se abran las fronteras y que Chile dé la posibilidad de recibir extranjeros porque hoy solamente pueden volar chilenos. Y gracias por su música, Don Alberto Plaza...
Bueno, que así sea César, muchas gracias, gracias por ese cariño, por este espacio tan lindo de conversación. Espero que puedan ir a Chile, que los traten bien, que los quieran mucho en Chile, hay muchos peruanos que han tomado residencia y hay una comunidad integrada, de hecho hay una cantidad de restaurantes peruanos que se han instalado, que han hecho crecer la gastronomía chilena, y está bien porque se han mezclado. Los restaurantes peruanos están siempre llenos y yo soy uno de los fanáticos de la comida peruana, es la mejor comida que existe. Así que nada, que los traten bien, que la pasen bien, que disfruten, que sea una fiesta del fútbol linda y que gane el ‘más mejor’ como decía Leonel Sánchez, gran jugador de fútbol chileno, que es uno de los próceres del fútbol.
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