Que le metan cuatro goles a un entrenador aficionado a las posturas defensivas deja en evidencia que algo se hizo mal. No, no mal; muy mal. Tras una leve mejoría mostrada sobre Corea, donde la selección peruana hizo un buen partido y sacó una victoria de 1-0, Juan Reynoso decidió volver a innovar y se atrevió a premiar a Christian Cueva con la titularidad. Para complicarse aún más ante un equipo tan rápido como el de los nipones, apeló a una dupla ofensiva en la selección peruana conformada por Paolo Guerrero y Gianluca Lapadula, que poco o nada pudieron mostrar ante la poca dinámica del mediocampo y la nula asistencia. Como ante Alemania, la innovación de Reynoso nos hizo retroceder una década.