Culminada la décima fecha del Torneo Clausura, se perfilan los candidatos. En primer lugar, los aspirantes al título nacional, donde además de Sporting Cristal –ganador del Torneo Apertura– se posicionan el FBC Melgar, el mejor de la segunda mitad del año, y Alianza Lima, que cierra el mes morado con dos victorias que le devuelven la fe en sus propias fuerzas.
En el otro extremo de la tabla, la lucha por la permanencia también se va definiendo. Aunque matemáticamente siga en carrera, el futuro de Comerciantes Unidos parece estar en Segunda División. Y si no comienza a dar señales claras de cambio, ese parece ser también el destino de Sport Rosario, colero del Torneo Clausura, que el sábado encadenó una nueva derrota frente a un rival directo por la baja.
La cosa es más confusa entre quienes aspiran a clasificar a los torneos internacionales. Con 15 puntos en disputa, todavía falta y varios equipos sueñan aún con jugar alguna Copa. Torneos que les reportan ingresos adicionales a los clubes, pero donde en los últimos años hemos dado lástima en más de una oportunidad.
Sobre todo en la Copa Libertadores, donde nuestros equipos llegan en clara desventaja por un calendario que parece diseñado para garantizar su fracaso. Porque en tanto nuestros rivales debutan en pleno ritmo de competencia, los equipos peruanos suelen jugar su primer partido oficial del año justamente en la Libertadores, apenas salidos de la pretemporada.
Como si estuviésemos para dar ventajas. A ver si los genios que diseñan los torneos toman nota y al menos nos adecuamos al calendario de la región. Que ya estuvo bueno, ¿no?
Escribe: Guillermo Denegri
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