El actor interpretó a Santiago Sanin en "El final del paraíso" (Foto: Roberto Manrique / Instagram)
El actor interpretó a Santiago Sanin en "El final del paraíso" (Foto: Roberto Manrique / Instagram)

El actor , reconocido por haber participado en telenovelas como “Sin senos sí hay paraíso”, actualmente disfruta su vida junto a su pareja Oliver Ranft con quien han formado un gran vínculo de amor. Confiesa que tanto sus amigos y familiares les dan todo el apoyo del mundo.

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A sus 42 años el artista sorprendió a sus miles de fanáticos cuando dio a conocer su orientación sexual mediante su cuenta de Instagram. Al actor también se le ha visto en producciones como “Doña Bárbara”, Los Victorinos”, “El final de paraíso”, entre otras.

Fue a finales de agosto del 2021 cuando Roberto compartió la noticia pero grande fue su sorpresa cuando recibió el respaldo de sus amigos y seguidores. Luego de ello se pudo conocer de su relación con Oliver Ranft, quien ahora se ha convertido en la persona con quien Manrique sale adelante.

¿CÓMO CONOCIÓ ROBERTO MANRIQUE A OLIVER RANFT?

Durante la conversación con la reveló detalles desconocidos por muchos como por ejemplo, cómo conoció a Oliver Ranft, su pareja a quien vio por primera vez en una Cumbre Internacional del Medio Ambiente que se celebró en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil en el 2011.

Nos conocimos como hace diez años o tal vez once en una conferencia. Él siempre ha trabajado en el ámbito social, trabajaba en el programa de Naciones Unidas para el desarrollo y yo era voluntario. Estaba dando una conferencia en una cumbre climática -él estaba de público- y al terminar, nos saludamos. Me felicitó y quedamos conectados en Facebook y no fue sino hasta tres años después que reconectamos y empezamos a salir. Y empezó la relación”, expresa el actor.

También precisa que en el 2014 fue cuando empezaron a salir. Desde allí el amor le sonrió a Manrique quien confesó que son siete años de relación junto a Oliver y que viven con su perrita llamada Mila.

Comentó que Oliver Ranft tiene descendencia ecuatoriana y alemana y, además, dijo que su familia ya tiene conocimiento de la relación de ambos, además de indicar que esta noticia también la conocían sus amigos.

Siempre pensaba en factores como: ‘Tengo que hacerlo (decir que soy gay) en un momento estratégico, no vaya ser que los personajes que me den bla, bla, bla, o cuál va a ser la reacción de la gente, mi imagen se verá afectada’. Era esa evaluación de cómo va a ser el resultado, las consecuencias; sin embargo sabía que ese momento llegaría”, dijo Roberto.

Ahora junto a Oliver disfrutan de viajar mucho y sobretodo de ayudar por lo que crearon la organización Juntos x la tierra, y la fundación Desafío Ecuador luego del terremoto en Ecuador del 2016 con lo cual se pudo construir un colegio.

Estoy feliz con la vida que he formado, con el lugar emocional en el que estoy, de salud emocional y espiritual y psicológica (a la) que he llegado, pero me faltaba un paso. Faltaba este paso para ir más allá”, sostuvo.

LA DECISIÓN DE PRESENTAR A SU PAREJA ANTE LA SOCIEDAD

Otra de las preguntas que respondió Roberto Manrique fue respecto a la decisión de presentar ante la sociedad a su pareja Oliver Ranft.

Ante ello, sostuvo que dicho secreto no eran tan desconocido para “el 95 por ciento de mis dimensiones y mis círculos. No sentía que vivía en ningún clóset, simplemente no lo hablaba con la prensa”.

Resalta que un día tuvo una meditación y se pudo dar cuenta que había algo que no termina de manifestarse “con la pureza y la fuerza que merece mi ser”.

Salgo a correr y al final de mi ejercicio me doy cuenta que ese pequeño espacio de carencia está conectado con el hecho de que hay una parte de mi vida que no se permite fluir con total naturalidad y tiene que ver con mi sexualidad y el público, y me doy cuenta de que el paso para amarme es compartirlo”, precisó.

¿DÓNDE VIVE LA PAREJA?

Roberto Manrique junto a su novio Oliver viven en la ciudad de México. Precisamente, Manrique señala que “es un lugar que nos gusta y nos conviene profesionalmente. Vivimos en Colombia; los dos somos muy nómadas, eso también lo tenemos en común. Somos una familia que nos sentimos muy cómodos con la exploración, al grado que tenemos una perra que viaja en avión y se comporta a la perfección”.

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