Una investigación se propuso averiguar si lo que comemos podría estar afectando la calidad de nuestro sueño. (Foto: Anna Tarazevich / Pexels)
Una investigación se propuso averiguar si lo que comemos podría estar afectando la calidad de nuestro sueño. (Foto: Anna Tarazevich / Pexels)

Para muchos es muy importante dormir bien porque llegan cansados a casa luego del trabajo, entrenamiento o porque al día siguiente les espera una jornada que demanda toda su energía; sin embargo, hay ocasiones en las que un simple alimento nos puede cambiar los planes. ¿Te ha pasado que luego de una cena contundente no puedes conciliar el sueño? Esto es más común de lo que crees, pero también se puede manifestar con un popular snack que muchos consumen horas antes de acostarse. Aquí te explico lo que arrojó un publicado en la revista que se propuso averiguar si lo que comemos podría estar afectando la calidad de nuestro descanso.

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Para la investigación, los expertos encuestaron a 1.000 estudiantes de la Universidad MacEwan, en Canadá. El objetivo era conocer sus hábitos alimenticios y cómo se relacionaban con el sueño. Lo que descubrieron fue sorprendente: los investigadores encontraron un vínculo inesperado entre ciertos alimentos, las pesadillas y algunas intolerancias alimentarias.

El estudio señaló que los lácteos podrían ser uno de los mayores enemigos de un buen descanso, sobre todo en personas con intolerancia a la lactosa. “La gravedad de las pesadillas está fuertemente asociada con la intolerancia a la lactosa y otras alergias alimentarias”, explicó el autor principal del estudio, Tore Nielsen, de la Université de Montréal.

Dormir mal tiene graves consecuencias para la salud física y mental. (Foto: iStock)
Dormir mal tiene graves consecuencias para la salud física y mental. (Foto: iStock)

Según dijo, modificar la alimentación en quienes tienen estas sensibilidades podría ayudar a reducir las pesadillas, lo que también explicaría por qué tantos culpan a los lácteos de sus malos sueños.

Los investigadores advirtieron que el problema es mayor en personas sensibles a los lácteos, muchas de las cuales no saben que lo son. “Las pesadillas son peores para quienes son intolerantes a la lactosa, ya que sufren síntomas gastrointestinales intensos y tienen el sueño interrumpido”, señaló Nielsen. Esto tiene sentido porque, como explicó, “sabemos que otras sensaciones corporales pueden afectar los sueños”.

El impacto de las pesadillas no es menor: pueden interrumpir el descanso, hacer que las personas se despierten angustiadas y, en algunos casos, provocar que eviten dormir. En el estudio, un tercio de los participantes admitió tener pesadillas con frecuencia.

Los productos lácteos pueden tanto mejorar como afectar la calidad del sueño, dependiendo del tipo y la cantidad consumida. (Foto referencial: Freepik)
Los productos lácteos pueden tanto mejorar como afectar la calidad del sueño, dependiendo del tipo y la cantidad consumida. (Foto referencial: Freepik)

Además, las mujeres fueron las que más recordaron sus sueños y las que más reportaron alergias alimentarias. Casi el 40 % pensaba que comer a altas horas de la noche o elegir ciertos alimentos podía generarles problemas para dormir.

Aunque solo un pequeño grupo de los encuestados (5,5%) creía que lo que comían se metía en sus sueños, la mayoría de ellos culpó a los lácteos como el principal causante de esas experiencias nocturnas. Aun así, Nielsen reconoció que se necesitan más estudios antes de sacar conclusiones definitivas. “Queremos analizar a personas de distintas edades y hábitos alimentarios, y hacer pruebas donde comparemos los efectos de consumir queso frente a otros alimentos antes de dormir”, comentó.

De hecho, no todos los estudios culpan al queso. El New York Post señala que, en 2005, la British Cheese Board hizo un experimento con 200 personas y no encontró relación entre el queso y las pesadillas. Incluso el queso cheddar parecía favorecer sueños más agradables.

Otros trabajos recientes sugieren que el queso podría ayudar a prevenir la apnea del sueño gracias a sus nutrientes.

Aunque algunos quesos contienen tiramina, que estimula el cerebro, los expertos aclaran que las cantidades suelen ser mínimas. Y si el queso se acompaña con vino, es el alcohol el que probablemente afecte más al sueño.

Alimentos que quitan el sueño

Si tienes problemas para conciliar el sueño, algunos alimentos y bebidas podrían ser los culpables. Principalmente, las bebidas y alimentos con cafeína son los más conocidos por alterar el sueño, lo que incluye no solo el café, sino también el té, muchos refrescos, bebidas energéticas y el chocolate.

Otro grupo de alimentos que pueden interrumpir tu sueño son aquellos ricos en grasas saturadas y las comidas muy pesadas o fritas. Estos alimentos tardan más en digerirse, lo que puede sobrecargar tu sistema digestivo mientras intentas dormir, provocando indigestión, acidez estomacal y malestar que te mantendrá despierto. Las comidas picantes también pueden causar reflujo ácido y malestar, elevando tu temperatura corporal y afectando la calidad del sueño.

Finalmente, aunque pueda parecer contradictorio, el alcohol también puede quitar el sueño. Si bien inicialmente puede inducir somnolencia, a medida que sus efectos desaparecen, el alcohol interrumpe el ciclo del sueño, especialmente la fase REM, lo que lleva a un sueño fragmentado y menos reparador. El consumo excesivo de azúcares y carbohidratos refinados (como dulces, pasteles y panes blancos) también puede causar picos y caídas en los niveles de azúcar en la sangre, provocando un sueño menos profundo.

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