El corazón del ‘Gallo’: Griezmann, el artífice del poderío francés que cambió los goles por asistencias

En Rusia 2018, actuó, principalmente, como delantero y fue clave para que los ‘gallos’ levanten la copa (la segunda de su historia), marcando 4 goles. Fue, de hecho, uno de los máximos anotadores de aquella cita mundialista. Hoy, en Qatar 2022, no ha anotado, pero sí ha sido determinante en el medio campo para que Francia haya clasificado a su segunda final consecutiva en una Copa del Mundo, donde enfrentará a Argentina. El ‘7′ de ‘Les Bleus’ ha ayudado tanto en la defensa como en el ataque. Y este domingo puede convertirse en bicampeón. Busca seguir haciendo historia con su selección.

España le dio la oportunidad

De pequeño, Griezmann no la tuvo fácil. Fue rechazado por los clubes de su país por su baja estatura y frágil aspecto físico, entre ellos el Auxerre, el Olympique de Lyon, el FC Sochaux, el Saint-Étienne y el Metz. Fue el Real Sociedad de España que le abrió las puertas y le dio la oportunidad para que continúe su camino en el deporte del balón.

Griezmann llegó al club español cuando tenía 13 años gracias a que el scout Èric Olhats lo descubrió y lo llevó a probarse. El jugador fue aceptado y se quedó allí, pasando por las categorías inferiores, hasta que debutó en el equipo principal en setiembre de 2009. Con el Real Sociedad disputó un total de 202 partidos, marcando en 52 ocasiones y dando 18 asistencias. Además, con el cuadro donostiarra ganó el torneo de segunda división en la temporada 2009-10.

Años después, en verano del 2014, arribó al Atlético de Madrid. Y con la ‘7′ en la espalda, se ha convertido en una figura importante del plantel colchonero. Ha disputado 314 encuentros (147 goles y 62 asistencias) y ha logrado aupar una Supercopa de España, una Supercopa de Europa y una Europa League. Actualmente, sigue como delantero en la escuadra rojiblanca, aunque entre 2019 y 2021 estuvo vistiendo la camiseta del Barcelona, donde alzó una Copa del Rey.

Clave con los ‘gallos’

En su selección también ha sido fundamental. Disputó su primer partido en marzo de 2014 (en la victoria sobre Países Bajos en un cotejo amistoso) y desde entonces ha marcado 42 goles, siendo el tercer máximo anotador en la historia de su país, solo superado por Thierry Henry (51) y Olivier Giroud (53). Asimismo, con 116 cotejos ocupa el quinto lugar de la lista de jugadores franceses que más veces han defendido la chaqueta azul.

Su tarea principal es la de marcar goles, pero Deschamps, en el actual Mundial, le encontró una nueva función: la de creador, para dejar a Mbappé, Giroud y Dembelé como principales artilleros. Y Antoine no ha decepcionado. Ha tenido un destacado desempeño en todos los duelos del Mundial, especialmente en la semifinal ante Marruecos, en donde, por fin, se llevó el MVP que otorga la FIFA. Ahora, irá por el premio mayor: la copa de Qatar 2022.

Su amor por Uruguay

Si Griezmann gana la final del Mundial, probablemente su amigo el uruguayo Diego Godín se va a contentar, pues ambos mantienen una cordial amistad. Y es que el ‘Principito’ siente un cariño especial por la cultura ‘charrúa’, considerando a Uruguay, incluso, como “su segundo país”. El mate es una de las bebidas que suele probar el delantero francés.

“En Real Sociedad, él (Antoine) era muy joven y le tocó ascender a Primera sin pasar por la filial. Y se acercó a quienes eran los compañeros más extrovertidos, entre ellos el delantero uruguayo Carlos Bueno y el golero chileno Claudio Bravo, que lo ‘adoptaron’, que le marcaron pautas. También estaba el ‘profe’ uruguayo Pablo Balbi. Y con todo eso empezó el mate. También comenzó a ver las historias de nuestro país”, contó, en diálogo con el programa Música al Ángulo (en declaraciones difundidas por ESPN), el entrenador ‘charrúa’ Martín Lasarte, quien hizo debutar a Griezmann en el club donostiarra.

Lasarte también recordó que una vez, durante un viaje, le puso la historia del Maracanazo (cuando Uruguay derrotó a Brasil en su casa en el Mundial de 1950) y el francés “no entendía como había sido posible”. Su vínculo con el país sudamericano fue fortaleciéndose con los años, debido a la amistad que hacía con más futbolistas de la ‘Celeste’. “Cada año de mi carrera tuve un uruguayo y eso me ayudó en los momentos difíciles. Siempre la sonrisa de un uruguayo me ayudó”, declaró en diciembre de 2018 cuando visitó el país latino para la boda de su amigo Diego Godín.

Tras Rusia 2018, ESPN le consultó por los jugadores que lo habían marcado en su carrera y el francés respondió que uno de ellos había sido Carlos Bueno. “Fue el primer uruguayo en mi vida, en la Real Sociedad”, precisó. Después, pudo compartir plantel con otros ‘charrúas’ como Diego Ifrán y Gonzalo Castro en Real Sociedad, y posteriormente con Diego Godín y el ‘Cebolla’ Rodríguez en el Atlético de Madrid. Actualmente, comparte vestuario colchonero con Josema Giménez y Óscar el ‘Profe’ Ortega, preparador físico del conjunto madrileño.

Tanto es su amor por Uruguay que en Rusia 2018 cuando Francia y la ‘Celeste’ se enfrentaron en cuartos de final, Griezmann anotó el segundo gol del triunfo y no lo celebró. Él mismo explicó por qué no lo hizo. “No lo festejé porque en mis primeros pasos como profesional siempre tuve un uruguayo para ayudarme, para enseñarme lo bueno y lo malo de este mundo. Entonces, tengo mucho respeto hacia ellos. Amo a los uruguayos y por eso no lo he festejado”, expresó en Telemundo 12. “Soy francés, pero tengo muchos amigos uruguayos y me encanta su cultura”, prolongó.

Argentina, el gran reto

Pese a las bajas que Francia ha sufrido antes del Mundial (Benzema y Pogba, por ejemplo), el conjunto galo ha podido llegar a la final sin muchos problemas. Pasó como primero de su grupo y en la etapa de eliminación directa, derrotó a Australia, Inglaterra y Marruecos. A todos los venció en 90 minutos, sin necesidad de ir a prórroga o penales, siendo Griezmann uno de los más destacados.

Ahora, el ‘Principito’ deberá contribuir a que Francia puede imponerse a la Argentina de Lionel Messi. Si el conjunto galo gana, será bicampeón, y romperá el maleficio que ha perdura por décadas de que ninguna selección ha podido levantar la Copa en dos ediciones seguidas. La última que lo logró fue la brasileña en 1958 y 1962. ¿Griezmann podrá romper esa maldición? El talento lo tiene. Todo se sabrá este domingo.

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