El escritor uruguayo Eduardo Galeano decía de Lionel Messi que, a diferencia de otros grandes futbolistas de la historia que llevaban la pelota pegada al pie, el argentino la tenía dentro del pie. Era una manera poética de describir la relación intrínseca entre el argentino y el esférico o más bien una salida ingeniosa para explicar el increíble control de Lionel a una velocidad por encima del promedio. Bajo esa premisa, de Kylian Mbappé podríamos decir que es un Messi moderno en Qatar 2022; es decir, un dotado de la técnica que comulga con el prodigio físico.
A inicios del 2021, el prestigioso medio francés L’Equipé convocó al campeón mundial de salto triple, Teddy Tamgho, para intentar explicar la poderosa galopada con la que Mbappé hacía añicos las estrategias defensivas de los rivales. Ya con solo 19 años, en octavos de final de Rusia 2018, el francés alcanzaría una velocidad promedio de 37,4 kilómetros por hora en una jugada de contra golpe en la que Mascherano, Tagliafico y Rojo jamás pudieron alcanzarlo.
Es como Messi, pero al grano. No ataca en zig-zag como la gambeta imposible del argentino; su variante apunta a la explosión de la línea recta. Así anduvo en octavos ante Polonia, aunque complicado por una marca de mucho mérito. Pese a eso, en varias ocasiones se las arregló para proyectarse, siempre en base a su brutal capacidad de aceleración en espacio reducido.
Hace 4 años ante Argentina, esa velocidad solo pudo ser atajada con falta de Marcos Rojo en el área. Aquél día, el chico de origen africano hizo dos goles en un 4-3 espléndido que dejó a Lionel Messi fuera del sueño mundialista. Kylian, además, ante la albiceleste se convirtió en el futbolista más joven desde Pelé en anotar un doblete en un Mundial. No pasaba desde 1958, cuando ‘O rei’ acertaría dos tantos a Suecia con 17 años.
Hoy, con 23 años, el galo, que de chico coleccionaba posters de Cristiano Ronaldo en las paredes de su habitación, es posiblemente el gran candidato para consagrarse bicampeón mundial y goleador máximo del torneo, rótulos casi imposibles de adquirir para el argentino y el luso.
Sí, las comparaciones suelen ser odiosas, pero a diferencia de Messi y Cristiano, dos de las más descomunales estrellas de la historia del fútbol, Kylian Mbappé recibió su cumpleaños número veinte en casa, con una torta repleta de velitas encendidas y un título de la Copa del Mundo bajo el brazo. El mismo que lograría en julio del 2018, con 19 años de edad y siendo uno de los grandes protagonistas de la escuadra francesa. Aquella vez también anotaría en la mismísima final frente a la Croacia Luka Modric y en la fase de grupos, ante Pedro Gallese.
Mbappé nació el año en que la Francia de Zinedine Zidane se coronó campeona del mundo ante el Brasil del ‘Fenómeno’ Ronaldo, un 1998 cuyo Mundial tuvo de actores principales a los otros dos ídolos del atacante del PSG. Curioso porque hoy en día, el larguirucho delantero presume de una calidad técnica con señas a ‘Zizou’ y una capacidad física que nos remonta al brasileño.
La confluencia de características no es novedad en él, hijo de padre con origen camerunés y de madre raíces argelinas. La mixtura la lleva en los genes. Quizá por eso es que Kylian representa también el éxito de las clases menos favorecidas de Francia. En el ayuntamiento de Bondy, donde vivió su gran parte de su infancia, Mbappé es apodado ‘Príncipe’ y representa la cristalización de todo niño que quiere ser futbolista, ya sea como un sueño o como único medio para escapar de las penurias propias de la pobreza.
Su rapidez suele verse tan natural que parece un acto sencillo. Es el arte de hacer cotidiano lo increíble, dirían los analistas, filósofos y narradores argentinos como cuando intentan teorizar sobre Messi. A esa velocidad de Mbappé se suma una técnica exquisita como la mostrada en los dos tantos ante Polonia. Derechazo salvaje y letal. Poco importa que entre él y la línea de gol haya dos defensas y las manos del arquero Szczęsny. Cuando Kylian se pone a tiro de gol, es poco probable que falle.
El alemán Miroslav Klose es el máximo goleador de los mundiales con 16 anotaciones. Kylian lleva 9 tantos en 11 partidos y a días de cumplir 24 años (cumple el 20 de diciembre), podría participar sin problemas en hasta tres ediciones más. Y en Qatar ya aseguró cuartos de final.
Dicen los entendidos que, por ahora, el único capaz de hacerle frente puede ser Erling Haaland. Sin embargo, para buena suerte del galo y mala suerte de quienes disfrutamos de rivalidades como las de Messi y Cristiano, el delantero del Manchester City no encuentra en Noruega una selección con las competencias mínimas para asistir a los mundiales. Con ello y por lo pronto, el artista de la velocidad parece destinado a ser el gran protagonista en la historia de la Copa del Mundo. Incluso por encima de leyendas como las de Pelé.
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