El drama de hacerse chiquito: ¿qué pasó entre la épica del 2014 al fiasco germano con Hansi Flick?

Para ahondar más en la película de terror alemana, que tiene como ‘director’ a Hans-Dieter Flick. Thomas Muller, uno de los actuales históricos y hombre clave del último título en 2014, le dijo adiós a su selección tras el pitazo final, en el ya olvidado triunfo 4-2 sobre la Costa Rica de Keylor Navas. “Fue mi último partido con Alemania. Fue un placer enorme. Vivimos momentos increíbles juntos. En cada partido, traté de dejar mi corazón en la cancha. Lo he hecho con mucho amor”, reveló, casi al borde del llanto. No era para menos. Así como fue testigo de la algarabía por el recordado 7-1 sobre Brasil de hace ocho años, hoy asimila la debacle de los ‘panzers’.

Pero lo que mal empieza, siempre acaba peor. La inesperada derrota 2-1 ante Japón convirtió en una trampa maldita el futuro inmediato del equipo de Flick. Sin margen de error y con un gol casi agónico, rescataron un punto ante España, pero frente a Costa Rica, aunque ganaron por 4-2, el triunfo nipón los dejó afuera. Ni los esmerados intentos de Jamal Musiala, el crack de 19 años que gambetea a sus rivales como si se atara los cordones y que seguramente tendrá otra chance en un próximo Mundial, evitaron este rotundo fracaso.

“Trabajar con este equipo me motiva. Pero después de este partido, no es el momento de hablar de lo que viene. Disfruto, tenemos un buen equipo y buenos jugadores que están llegando. Eso (la continuidad en el cargo) no dependerá de mí. Mi equipo y yo mismo hemos hecho un buen trabajo, hemos preparado bien a la selección”, aseguró el técnico Flick, tratando de minimizar el mal momento y en medio de las duras críticas que recibe por parte de la prensa germana que exige su renuncia inmediata, teniendo en cuenta la Eurocopa del 2024 será en Alemania.

En cuanto al juego, Alemania, consciente de que se ponía en disputa su honor, empezó con prisa ante Costa Rica que, años anteriores, resultaría un equipo inofensivo para la poderosa ‘Mannschaft’. Marcó territorio y desplegó su repertorio ofensivo desde el inicio. Recursos para atacar le sobraban. Se jugaba solo en el campo de los ‘ticos’, quienes se las ingeniaron para ponerlos en aprietos con un sorpresivo 2-1, que duró tres minutos y, con ello, hasta eliminaban a otro gigante europeo: España. Sin embargo, el triunfo 4-2 no hace más que encender la pradera con respecto a la actualidad del fútbol germano.

Reingeniería alemana a la vista

En la década de los noventa, aunque no siendo tan trágica como la actual, Alemania quedó dos veces eliminada de cuartos de final de los mundiales (1994 y 1998). Salvo un título de Eurocopa en 1996, limpió en algo la historia de una Alemania, que venía de ser finalista en las últimas tres ediciones de la máxima cita, como en 1982, 1986 y 1990, ganando la tercera estrella en esta última. Fue allí cuando ocurrió una total reingeniería, que incluía la nueva formación del jugador alemán, la aparición de novedosos sistemas tácticos y la de técnicos con conceptos nuevos.

Producto de ello fueron las notables frutos del fútbol germano, así como a nivel de clubes en este siglo (a partir del 2001), que tuvieron a una Alemania protagonista de los últimos mundiales: siempre alcanzó por lo menos las semifinales desde Corea-Japón 2002 hasta Brasil 2014, alcanzando la cuarta estrella en esta última edición. “Para el futuro del fútbol alemán necesitamos hacer las cosas diferentes en los entrenamientos, en los equipos de Bundesliga. Durante años hablamos de nuevos arqueros, nuevos laterales. Lo que siempre fue bueno en el fútbol alemán es que siempre defendimos bien. Esos elementos los queremos, necesitamos de vuelta esas cosas básicas”, agregó Flick.

Está claro que en Qatar 2022 faltó un delantero goleador, uno por lo menos que se asemeje en algo a Miroslav Klose, Mario Gómez u Oliver Bierhoff, por citar a algunos de los ‘nueves’ germanos modernos. Kai Havertz, más allá de su doblete ante Costa Rica, no fue solución. Ni Niclas Fullkrug, el gigante de 1.90 metros, quien fue una eterna promesa y debutó en un Mundial con 29 años.

“Es difícil encontrar explicaciones, estábamos centrados en nuestro objetivo, lo hemos intentado, pero tenemos que ser honestos, nos han faltado muchas cosas, nos faltó calidad. No hemos sido capaces de elevar nuestro nivel en los tres partidos. Conocemos nuestro potencial, nuestro talento y no lo supimos utilizar como equipo”, finalizó Ilkay Gundongan, uno de los actuales referentes de la ‘Mannschaft’.

Otro punto bajo es el lateral derecho. Desde la partida de Philipp Lahm en 2014, Alemania sigue sin encontrar su reemplazo. La presencia de Niklas Sule, un rústico central forzado a desempeñar dicha posición, fue la prueba más fehaciente. Las esperanzas siguen puestas en los Musiala (19), los Havertz (23) o los Youssoufa Moukoko (18), las grandes apuestas a futuro de los germanos. Alemania, herida y agonizante desde el debut, dice adiós al Mundial. Otra vez, como en Rusia. Histórico.

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