Lionel Messi sabe que ante Nigeria debe estar en su máximo nivel para que la Selección de Argentina funcione y lo está logrando. El '10' del equipo anotó el 1-0 y estuvo muy cerca de convertir el 2-0 gracias a un tiro libre.
Un contragolpe casi certero, terminó en una falta sobre Ángel Di María. El disparo en el borde del área fue de Messi, que tomó el balón, dio dos pases atrás y lo colocó al segundo palo defendido por el portero Uzoho.
Todos los fanáticos Albicelestes se tomaron la cabeza en el estadio San Petersburgo al no poder creer que el tiro libre no ingrese en la portería. Podía haber sentenciado el encuentro.
Perfectamente identificados cromáticamente con las butacas del modernísimo coliseo de la isla Krestosvsky de San Petersburgo, los aficionados argentinos engalanaron los anillos interiores del estadio, que identifican el nombre del campo y lucen anagramas mundialistas, con sus banderas.
"Yo no creo en milagros, creo en Lionel", añade otra bandera cercana. "A mis nietos les hablaré de ustedes", continúa otra pancarta alargada, de color blanco, con los retratos de Messi y Sampaoli. Los dos grandes protagonistas, los dos grandes examinados hoy.