"Me dijeron que matarían instantáneamente a mi padre si informaba a las autoridades o se lo contaba a alguien". John Obi Mikel vivió una película de terror. El nigeriano, en entrevista a The Guardian, reveló el secuestro de su padre horas antes del juego ante Argentina por el Mundial Rusia 2018.
Mientras que las 'Águilas negras' pensaban en el decisivo choque frente a la 'Albiceleste' por el pase a octavos de final, el padre de Mikel se jugaba la vida. El jugador, por supuesto, estaba en un gran dilema. Todo empezó cuando recibió una llamada camino al estadio.
"Sólo un círculo muy reducido de mis amigos lo sabía. Tampoco quería discutirlo con el entrenador (Gernot Rohr) porque no quería que mi problema se convirtiera en una distracción para él o para el resto del equipo antes de un partido tan importante. Por mucho que quisiera discutirlo con el entrenador, no pude", reveló Mikel.
El exjugador del Chelsea, evidentemente 100% concentrado en el partido, decidió jugar. "Jugué mientras mi padre estaba en manos de bandidos. Tuve que suprimir el trauma. Estaba emocionalmente angustiado y tuve que tomar una decisión sobre si estaba mentalmente listo para jugar. Estaba confundido. No sabía qué hacer pero, al final, supe que no podía dejar 'tirados' a 180 millones de nigerianos", agregó.
Según cuenta Emere Amaraizu, portavoz de la policía, John Obi Mikel tuvo que desembolsar 24 mil euros por el rescate de su padre. La historia tuvo un final feliz. Y es que el lunes Pa Michael Obi fue liberado y se encuentra en el hospital recibiendo los cuidados necesarios luego de la "tortura que le hicieron".
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