El inicio del mes de octubre también marca el comienzo de la lluvia de estrellas de otoño conocida como las Dracónidas. A pesar de ser una de las más breves, resulta especialmente accesible para la observación desde el hemisferio norte. En Depor, te proporcionamos información sobre la fecha exacta, los lugares ideales para presenciar el fenómeno, el momento de mayor intensidad y valiosos consejos para disfrutar de la experiencia, entre otros detalles.
Según el Instituto Geográfico Nacional, las Dracónidas son visibles desde el 6 hasta el 10 de octubre. Por lo general, esta lluvia de meteoros es modesta, produciendo alrededor de 20 meteoros por hora, con una velocidad de 20 kilómetros por segundo. No obstante, en los años 1933 y 1946, se vivieron exhibiciones impresionantes con una tasa de varios miles de meteoros por hora. Incluso en octubre de 2011, a pesar de la interferencia lunar, se contaron más de 600 meteoros por hora.
Para observar las Dracónidas, el lugar ideal es aquel que ofrece un cielo oscuro. Sin embargo, es recomendable evitar obstáculos como edificios, árboles o montañas, y es preferible prescindir de instrumentos ópticos que restrinjan el campo de visión.
Aunque las Dracónidas aparentan provenir de la constelación de Draco, su visibilidad abarca todo el cielo. Se aconseja dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras, en sentido contrario a la posición de la Luna si esta está presente durante la observación.
A pesar de que el movimiento de meteoros no es muy intenso en general, la lluvia de Dracónidas destaca por su visibilidad excepcional en el hemisferio norte del planeta.
El año 2023 se presenta propicio para la observación de las Dracónidas, ya que su pico de actividad coincidirá con la fase de decrecimiento lunar, específicamente desde las 6:09 pm hasta las 10:47 pm. La máxima intensidad de la lluvia se espera entre el 8 y el 9 de octubre. Durante la primera parte de la noche, la Luna aún no habrá salido por el horizonte, lo que facilitará la observación de las Dracónidas en condiciones óptimas justo cuando su radiante alcance su punto más alto.
Para disfrutar plenamente de las lluvias de estrellas, los prismáticos y telescopios no son necesarios y, de hecho, podrían limitar la experiencia al crear un campo visual más estrecho. Lo ideal es observar a simple vista desde un lugar alejado de la contaminación lumínica para apreciar el espectáculo completo. Recostarse y permitir que la vista se ajuste a la oscuridad resulta la forma más cómoda de disfrutarlo.
Los nombres de estos fenómenos, como las Dracónidas, provienen de la constelación de la cual parecen originarse. En otras palabras, si logras ubicar su constelación en el cielo, mejorarás la visión de la lluvia. Esto se conoce como “localizar su radiante”. En el caso de las Dracónidas, identificar su radiante es sencillo: basta con visualizar la constelación Draco.
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