La vida de Britney Spears siempre ha estado rodeada de polémicas. Aún sus seguidores recuerdan aquella escena de terror del 2007. En ese momento ‘La princesa del pop’ tenía el rostro enojado, se rapo la cabeza frente a los paparazzi y golpeo con un paraguas el auto de uno de ellos. Estas fotos se volvieron portada de muchos diarios y revistas a nivel internacional. Años después, la cantante ha sorprendido a todos sus seguidores al anunciar que de forma voluntaria ha ingresado a un centro psiquiátrico para tratar su salud mental.
Pero esto no fue la primera vez que la artista vivió una crisis emocional, esto también le pasó en el 2002 y 2008, donde piso fondo y decidió tratarse para recuperar la custodia de sus hijos e intentar llevar una vida normal.
En enero pasado, Britney Spears anunció que se retiraría de forma indefinida de la música debido a los problemas de salud que está viviendo su padre, pero esto ha sido tan fuerte que la han llevado a tomar la decisión de alejarse de todo por su bienestar.
Britney Spears ingresó de forma voluntaria a una clínica de salud mental por la ansiedad que le provocó la enfermedad de su padre en el intestino y en el colon, que lo dejó muy grave, al borde de la muerte. Según el portal TMZ y citando a fuentes cercanas a la familia, ‘La princesa del pop’ tiene previsto pasar un mes internada porque su estado "es serio y no mejora".
Jamie Spears, de 66 años, se ha sometido a dos operaciones para solucionar las complicaciones que le ha generado su enfermedad y no progresa en su recuperación. La artista compartió una foto en su perfil de Instagram acompañada del texto "enamórate de cuidar de tu mente, cuerpo y espíritu. Todos necesitamos tomarnos tiempo para un poco de 'tiempo para mí'".
Los problemas de salud de su padre, la llevaron a tomar una dura decisión y fue suspendiese de forma "indefinida" todas las actuaciones de su espectáculo fijo en Las Vegas. Tenía pensado volver en febrero y hasta agosto, y con el mismo, según la revista People, ganaría medio millón de dólares por actuación. "Voy a dedicar mi atención y energía a cuidar de mi familia. Tenemos una relación muy especial y quiero estar con mi familia en estos momentos de la misma forma que ellos han estado conmigo siempre", dijo Spears cuando reveló que su padre "estuvo a punto de morir".
La fama, la persecución de los paparazzi, un manager abusivo y las decepciones sentimentales, hicieron que la cantante cayera en un profundo abismo. En 2002 terminó su relación de tres años con el cantante Justin Timberlake, lo que según sus abogados y allegados, la sumió en una depresión. Britney cambió y comenzó una espiral de fiestas desenfrenadas, consumo de alcohol y drogas y relaciones fallidas.
Se casó en 2004 con el bailarín Kevin Federline con quien tuvo dos hijos, Sean Preston y Jayden James, pero la relación fue tormentosa y culminó en divorcio en 2006. Tras su separación, Britney continuó con su vida de excesos, saliendo todas las noches de fiesta con Paris Hilton. Fuentes cercanas aseguraban que "le estaba doliendo convertirse en una adulta".
En 2008 Britney tocó fondo: perdió la custodia de sus hijos, fue abucheada por su público y entró a una clínica de rehabilitación en California. Jamie Spears, padre de la cantante, se convirtió en su tutor y responsable de cuidar a la cantante que parecía haber perdido el rumbo. Las autoridades reconocieron que la cantante no podía cuidar de sí misma y necesitaba de alguien que lo haga por ella. Durante su internamiento, Britney acudió a reuniones de Alcohólicos Anónimos y, en un mes, logró concluir su tratamiento. Sin embargo, seguía un trabajo duro fuera de la clínica y que incluía tomar el control de su vida.