“Nos llegan cadáveres todo el tiempo”, narró una empleada de una funeraria parisina a AFP. La situación en la capital de Francia es grave, las muertes se cuentan por centenas a causa del coronavirus y no hay espacio para aguardar los cuerpos hasta que sean llevados a ser cremados, solo queda apilarlos en las salas de velatorios.
París se ha convertido en una de las ciudades que mayor número de muertes está sumando en los últimos días, a causa del coronavirus. Si una funeraria promedio recibía entre dos o tres fallecidos por día, hoy reciben los cuerpos por decenas. Las cámaras frigoríficas no son suficientes y los empleados de estas funerarias tienen que acomodarlos en los espacios restantes. “Nuestros seis salones están llenos”, afirmó una empleada de una funeraria.
“En este momento tenemos 50 cadáveres. ¡Nos llegan todo el tiempo! [...] ¡Llegan tantos féretros que no sabemos ni dónde meterlos!”, confesó la mujer, quien día a día ve pasar a los fallecidos en los hospitales parisinos, pues solo estas muertes han sido reportadas, las que se han suscitados en casas de reposo quedan por confirmar si fueron por el coronavirus o no.
Los empleados funerarios están prohibidos de abrir el ataúd en el que vienen los cuerpos y solo están autorizados a desinfectar los féretros, para evitar contagios. Además, también se ha limitado el acceso a los familiares para que puedan despedirse de sus familias. “Todos los días recibimos llamadas de familiares que quieren ver a sus seres queridos, pero con el dolor en el alma les decimos que no pueden verlos, es muy duro”, afirmó una de las empleadas funerarias.
Francia se ubica entre los 10 países con mayor número de casos confirmados por coronavirus, con un total de 40,741 infectados. En este país, las muertes se han incrementado hasta los 2,612 fallecidos, cifra dada por las autoridades francas, en base a la cifra de decesos en hospitales. Esto ha hecho que su sistema de funerarias colapse, tal y como le pasó a Italia.
El Gobierno francés ha determinado que los fallecidos sean cremados tal y como se encontraban en el momento de su deceso, sin oportunidad a que puedan ser cambiados o velados, como se solía hacer antes de esta crisis sanitaria. Esto, con el fin de evitar los contagios en el personal que se hace cargo de los cuerpos, luego de que salen del hospital donde estuvo internado.
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