Tras el estreno de “El Cartel de los Sapos: El origen” en Netflix, la serie colombiana que cuenta la historia real de los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, fundadores del cártel de Cali, te contamos quiénes fueron los integrantes de esta banda de narcotraficantes y aquellos que siguen con vida.
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Si bien son conocidos como Emmanuel y Leonardo Villegas en “El Cartel de los Sapos: El origen”, en la vida real, los líderes del cartel son los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela, quienes junto con José Santacruz Londoño se sumergen en los años 70 en el mundo criminal como ‘Los Chemas’, una banda dedicada a la piratería terrestre, extorsión y secuestro.
Con el tiempo, la agrupación ingresa al negocio de la cocaína, con pasta de coca que consigue de países como Bolivia y Perú. Al cartel se une Hélmer Herrera, un especialista en el lavado de dinero que vivía en Nueva York. Los cuatro hombres integran el Cartel de Cali, nombre que recibieron porque en aquella ciudad tuvieron su principal base de operaciones.
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El Cartel de Cali fue el nombre dado por la Administración para el Control de Drogas (DEA) a la organización criminal dedicada al tráfico de cocaína, encabezada por los hermanos Gilberto, Miguel Rodríguez Orejuela, José Santacruz Londoño y Hélmer Herrera.
El grupo de capos de la droga tuvo tres socios ubicados estratégicamente en distintas zonas de la región. Uno de ellos fue Víctor Patiño, encargado del transporte marítimo del cartel en la zona Pacífica de Colombia.
Henry Loaiza era el segundo socio a cargo de brindar seguridad a los laboratorios del cartel, además de ser un gran productor de cocaína, y finalmente estaba Phanor Arizabaleta, quien daba soporte al área de importación de insumos para el procesamiento de la cocaína.
El contador de la agrupación fue Guillermo Pallomari, quien reveló a la DEA que también existió un comité de vigilancia bajo el mando de Mario del Basto, uno de los muchos jefes de seguridad de Miguel Rodríguez. A continuación, te mostramos cómo se veían en la vida real:
Conocido como ‘El Ajedrecista’, Gilberto Rodríguez Orejuela era la cabeza del cartel y durante veinte años se encargó de los manejos de esta organización, ganándose el respeto de sus subordinados.
Gilberto fue capturado el 9 de junio de 1995, luego de que dos testigos señalaran su paradero. Ambos se llevaron una recompensa conjunta de 1.7 millones de pesos colombianos.
Tras una breve condena en los años 90, en 2006 Gilberto Rodríguez Orejuela recibió 30 años de cárcel por importar cocaína a Estados Unidos y fue extraditado. Por el mismo crimen y con la misma pena se sancionó a su hermano, Miguel.
Conocido como ‘El Señor’, Miguel Rodríguez entró en el mundo de la mafia al lado de su hermano Gilberto Rodríguez Orejuela. Él se caracterizó por su trato amable y por su facilidad en penetrar los diferentes sectores sociales del país, tanto los políticos como los deportivos y económicos.
En 2013, como indicó el diario colombiano El Tiempo, tenía muy mal estado de salud, tanto física como mental. “Desde que recibió una golpiza en la cárcel de Pensilvania por parte de sus compañeros, hace ya unos años, no es el mismo”, dijo un familiar. Al igual que su hermano fue capturado y sentenciado.
Sus alias fueron ‘Chepe’ y ‘El Estudiante’. José Santacruz Londoño realizó actividades de recopilación de inteligencia, su principal centro de distribución mayorista de cocaína y las operaciones de blanqueo de capitales se centraban en torno al área metropolitana de la ciudad de Nueva York.
Santacruz fue detenido el 4 de julio de 1995 en un restaurante en Bogotá. Escapó de la prisión de La Picota el 11 de enero de 1996, con el objetivo de reorganizar el cartel de Cali. Su muerte se dio el 5 de marzo de 1996 y fue orquestada por Carlos Castaño y capos del cartel del Valle en complicidad con el coronel Danilo González.
‘Pacho’, como era conocido, se desempeñaba como gerente de la organización. El 4 de noviembre de 1998, Herrera de 47 años fue asesinado por un hombre que se hacía pasar como abogado para ingresar al centro penitenciario de Palmira.
El hombre número cinco del cartel de la cocaína de Cali, Víctor Patiño Fomeque, es custodiado por la policía militar el 24 de junio en Bogotá durante su presentación ante los medios de comunicación. Patiño se rindió voluntariamente el 24 de junio. El cartel supuestamente suministra el 80 por ciento de la cocaína del mundo.
El ministro de Defensa de Colombia, Fernando Botero (derecha), se sienta con Henry Loaiza en una conferencia de prensa el 19 de junio después de que Loazia se rindiera a las autoridades el 19 de junio en Bogotá. Loaiza, alias “El Escorpión”, es considerado un miembro de línea dura del cartel de la cocaína de Cali.
Esta foto de 1995 muestra al exjefe de contabilidad del Cartel de Cali de Colombia, Guillermo Pallomari, quien informó el 22 de julio mientras realizaba pruebas ante la corte federal colombiana, que había sumado casi seis millones de dólares en donaciones de campaña encubiertas al presidente colombiano Ernesto Samper y que antes de asumir el cargo, Samper se reunió en secreto con traficantes en Cali para discutir formas en las que podrían evitar largas penas de cárcel. Pallomari está bajo la protección del gobierno de los Estados Unidos.
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