“El perro es el único ser en el mundo que te amará más de lo que se ama a sí mismo”. Esta frase del humorista estadounidense Josh Billings sirve para hablar del enorme corazón que tienen estos animales, que muchas veces son rotos por la mala conducta de personas inescrupulosas.
Y es que para cualquier perro la experiencia de ser abandonado y llegar a parar a un refugio para animales sin hogar ciertamente es una que no desean recordar por el resto de sus días. Si bien algunos tienen la suerte de ser acogidos por alguna amorosa familia, otros deben esperar pacientemente a que llegue tal día.
En vez de recibir el afecto y la atención que necesitan, estas mascotas que no entienden el motivo por el que se encuentran excluidas del mundo a menudo terminan pasando sus días, semanas y hasta meses sumidos en depresión, siempre esperando por un cambio de aire que, desafortunadamente, tarda mucho en llegar.
Esta fue la experiencia que vivió ‘Baby’, una adorable y gentil perrita de raza Pitbull que fue hallado herido en una calle y llevado a un albergue para animales de Arizona, Estados Unidos; sin embargo, su estadía duró más de lo que esperaba pese a los denodados esfuerzos del personal para promover su adopción.
Cuando todavía estaba recuperándose, la pitbull había sido adoptada previamente por una familia pero tuvieron que devolverla al enterarse de que debían mudarse a otra ciudad. Mientras tanto, el resto de los animales del refugio, que rondaban los 350, habían logrado encontrar un nuevo hogar, excepto ‘Baby’.
Sin duda, un fenómeno inexplicable que motivó a los trabajadores del refugio animal a dar lo mejor de sí para que la perrita encontrara un lugar en el que recibiría el amor y el afecto que le fue negado desde un principio. Fue así que a través de los medios locales y redes sociales como Facebook, su historia se hizo viral hasta que un día cambió por completo.
Un día, la prometida de Nicholas Potter leyó la noticia en la que mostraban una foto de ‘Baby’, sabiendo de inmediato que tenía que ir a conocerla. Junto a su futuro esposo, fueron hasta el albergue de animales de Arizona y se enamoraron a primera vista de la perrita, más aún al conocer sobre su triste pasado.
Sin pensarlo dos veces, la pareja se llevó a ‘Baby’ a su nuevo hogar y forjaron una relación muy especial. De hecho, la pitbull vive en perfecta armonía con su pequeña hija, siguiéndola a todas partes y a menudo duerme con ella. Una hermosa historia con un final feliz que nos demuestra que la adopción siempre es la mejor alternativa.
Una vez un perro sin hogar es adoptado, se convierte en un verdadero compañero para toda la vida, además de leal y afectuoso contigo sin pedirte mucho a cambio. Si bien le tocó esperar más de la cuenta, ‘Baby’ ahora tiene una familia que la cuidará como uno de sus miembros más valiosos hasta el fin de sus días.