Traer un bebé al mundo puede ser extremadamente estresante, especialmente si en el camino se presentan obstáculos fuera de nuestro control. Un padre en se encontró en medio de un ataque de pánico cuando se percató que su calefacción se averió unos días antes de que su esposa vuelva a casa con su bebé recién nacido.

Jesse y Maria Hulscher se hallaron en una situación difícil ya que se encontraban en medio del invierno, el frío llegaba a bajo cero y se pronosticaba una nevada. Visiblemente preocupada, la pareja comenzó a buscar negocios locales de reparación y fue en que contactaron a Magnuson Sheet Metal explicándoles su difícil situación.

Para suerte de ellos, la persona al otro lado del teléfono logró calmarlos al decirles que enviaría a alguien a su casa. Un técnico se hizo presente y arregló el horno, pero cuando recibieron la cuenta ambos quedaron sorprendidos no por el precio del trabajo sino porque no tenían que pagar nada.

Los emocionados padres no podían creer el mensaje escrito a mano en la parte de los detalles del recibo: “SIN RECARGO. Cuiden a su bebé”. Eso era todo. La empresa que habían contratado se hizo cargo de la cuenta en su totalidad. “Pensé: ‘¿Qué? No, esto no puede ser real’. Mi esposo dijo que tampoco podía creerlo”, señaló Maria al noticiero Fox 9 News.

En declaraciones al mencionado programa, Craig Aurand, co-fundador de la empresa, dijo que se trata de una política especial que tienen durante las fiestas navideñas para ayudar a las familias en apuros y lo único que piden es que los recipientes participen en una cadena de favores, es decir, hacer algo bueno por otra persona sin esperar nada a cambio.

“No lo hacemos por publicidad, lo hacemos para ser buenas personas. Eso es todo. Solo para ser amables con estas personas. Nada más”, agregó Aurand; sin embargo, la familia a la que ayudó decidió comunicarle al mundo sobre su desinteresado gesto con una emotiva publicación en .

Sin embargo, los esposos quedaron boquiabiertos al enterarse que Magnusson Sheet Metal tenía todo un historial de amabilidad, ya que otros a los que también ayudaron en ocasiones anteriores compartieron sus anécdotas. “Haz el bien sin mirar a quién” reza un viejo adagio, que resume a la perfección esta alucinante historia.

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