En 1984 se estrenaba una de las películas más famosas de todos los tiempos: “A Nightmare on Elm Street” dirigida por el ya conocido Wes Craven y producida por Robert Shaye. Con un presupuesto corto de 1.8 millones de dólares para la época, llegó a convertirse en un éxito obteniendo 57 millones en la taquilla mundial.
MIRA: ¿Por qué mirar películas de terror es bueno para la salud?
La cinta continuó el legado que dejó “Halloween” de John Carpenter en 1978 en el sub-género del terror conocido como slasher. “A Nightmare on Elm Street” cuenta la historia de un grupo de adolescentes que viven en la ciudad ficticia de Springwood, Ohio, que son invadidos en sus sueños y asesinados en los mismos, a la vez que sus muertes se reproducen en la vida real.
La película recibió una serie de críticas negativas por no distinguir bien qué era real y cuáles eran las visiones del mundo de los sueños, mismo argumento que algunos críticos utilizan para elogiar la cinta de Craven por jugar de esa manera con la percepción de su audiencia y crear una enorme franquicia de terror junto a su personaje antagónico principal: Freddy Krueger.
Sin embargo, muy pocos saben que el final de esta cinta de culto de terror pasó por diferentes revisiones y hasta el día de hoy su director tiene algunos remordimientos por lo que pasó en la pantalla grande a diferencia de lo que él pensaba. ¿Cómo era su final o qué pasó exactamente? Aquí te contaremos la respuesta.
Una de las mejores cosas de “A Nightmare on Elm Street” que la transforma en única diferenciándose de otras películas de terror, es cómo hace que la audiencia no esté segura de si lo que están viendo es un sueño o una realidad. Esta tensión se juega así en toda la película, pero está especialmente presente durante la conclusión de la misma.
La película concluye con Nancy entendiendo que los poderes de Freddy están arraigados si la gente cree en él y tiene miedo. Ella deja de creer y parece despertarse simultáneamente, libre de los horrores de Freddy. Nancy se prepara para ir a la escuela con sus amigos, quienes habían fallecido antes, solo para que su automóvil se acelere, como si tuviera una mente propia.
Algunos niños espeluznantes cantan la famosa rima de Freddy y, finalmente, la madre de Nancy es succionada por la ventana de la puerta principal de la casa, lo que demuestra que Freddy realmente sigue vivo y aún estará atormentando a Nancy por un buen tiempo, o al menos aquí ya se da a entender que la joven morirá pronto.
Esta es una conclusión poderosa, pero Craven quería hacerlo mucho más sutil. Nancy y sus amigas se habrían escapado de forma segura y la audiencia se habría preguntado si realmente había escapado a esta amenaza o si para empezar fue solo una gran pesadilla. Bob Shaye, el fundador de New Line Cinema y el productor de la película, no estaba contento con este final principal e insistió en que debería haber algún tipo de giro.
La sugerencia de Shaye fue que quería que Freddy fuera quien condujera el auto al final y presumiblemente llevando a Nancy y a sus amigos a horrores más profundos. Craven odiaba la idea de que Freddy se mostrara en el asiento del conductor, por lo que él y Shaye iban y venían en un puñado de giros diferentes para que ambos obtengan algo de lo que querían.
La versión teatral es el acuerdo que alcanzaron Craven y Shaye, uno que aún conserva gran parte de la visión de Craven sin llevar las cosas demasiado lejos hacia lo absurdo. En una historia narrada de la película, Craven afirmó que todavía prefiere el simbolismo filosófico de su final original y, aunque la versión terminada no es perfecta en su opinión, todavía es considerablemente mejor que la sugerencia inicial de Shaye.
Es un final que todavía tiene impacto y manipula las expectativas de la audiencia, lo que se convertiría en un elemento básico de los finales en las películas de “A Nightmare on Elm Street” que continuaron durante los próximos años. ¿Hubiera sido mejor el final de Shaye o el de Craven? ¿Acaso la película habría alcanzado una fama aún mayor? Lastimosamente, nunca lo sabremos.
Contenido GEC