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Navidad es una de las fechas más importantes del año, en el que las familias se reúnen para compartir un momento de calidad, disfrutar con alegría y espiritualidad. A dos semanas de esta celebración, son muchas las personas que están decorando sus casas, y un adorno infaltable, sea dentro o fuera del hogar, es la Corona de Adviento. En los siguientes párrafos te contamos cuál es el significado de este objeto, así como lo que simbolizan las velas.
Pese a que es uno de los elementos cuyo simbolismo menos se conoce, muchas casas ya cuentan con una Corona de Adviento en sus paredes. También llamada Coronilla de Adviento, encierra una intensa simbología que se relaciona directamente con la fe cristiana. A continuación, te enseñamos su origen, el significado y otros detalles importantes.
Significado de la Corona de Adviento
Además de ser una bonita decoración, para los creyentes tiene un profundo significado. En primer lugar, hay que destacar que “adviento” proviene del latín y significa “venida” o “llegada”. Para los cristianos, hace referencia a la primera etapa del año, que inicia como un periodo de preparación para esa esperada llegada de Dios hecho hombre.
La corona, concretamente su forma circular, significa lo infinito que es el amor hacia Dios. Se realiza con ramas verdes por dos conceptos esenciales de la fe cristiana: la vida eterna y la esperanza. La cinta roja que las envuelve, por su parte, significa el amor y la pasión de Dios hacia los hombres.
En algunas ocasiones, la corona tiene frutos rojos, que significan los frutos prohibidos del Edén y el origen del pecado. Finalmente, este objeto contiene unas velas, que se hacen más intensas a medida que se acerca la Navidad. Las velas representan que Cristo es la luz y que nos ayuda en medio del dolor y las tristezas.
Conoce cuándo se encienden las velas de la Corona de Adviento. (Foto: Agencias)
¿Qué significan las velas de Adviento?
La Corona de Adviento puede realizarse con diferentes colores de velas. Lo más importante es el espíritu con que se reza la corona, pero, de todas formas, hay algunos colores que no pueden faltar. En primer lugar, debes saber que el morado simboliza la penitencia, la espera y la espiritualidad.
El color rosa simboliza la alegría ante la llegada de la Navidad, que es el nacimiento de Jesucristo. El verde es esperanza; el rojo también es alegría y, finalmente, el blanco representa la presencia de Dios. En algunos lugares, los creyentes encienden un quito cirio blanco y lo colocan en el centro para simbolizar la llegada de Jesús.
Fechas en que se celebra el Adviento
El primer domingo de Adviento inició el 3 de diciembre, y se encendió una vela de color morado. El segundo domingo de Adviento se celebró el 10 de diciembre y se encendió una segunda vela de color morado. El tercer domingo, también llamado domingo de Gaudete, se festeja el 17 de diciembre con el encendido de una vela rosada.
Finalmente, el cuarto domingo de Adviento se festeja el 24 de diciembre y se celebra con el encendido de la última vela de color morado. Asimismo, los católicos encienden una vela blanca el 25 de diciembre, durante la Navidad. En esta última fecha, es ideal que las familias conversen sobre lo aprendido en las últimas semanas y juntos escriban una oración dando gracias a Jesús.
Oraciones en 2023 para el Adviento
Primer domingo: “Señor Jesús, en este tiempo de Adviento te rogamos que nos concedas un corazón vigilante, lleno de esperanza y amor por tu venida. Inflama nuestros corazones Espíritu Santo, para que llenos de valentía, permanezcamos alertas y volcados en amor hacia nuestro prójimo, esperando tu llegada. Amén”.
Segundo domingo: “Padre bueno, concédenos poder preparar el camino del Señor y enderezar las sendas de nuestras vidas. Permítenos ser tierra buena, por la que pueda caminar a sus anchas tu Hijo amado. Danos un corazón que escuche tu Palabra para poder convertirnos. No somos dignos de que Jesús nos habite, pero tú puedes convertirnos en un hogar cálido y limpio para Él. Te lo pedimos en el nombre de nuestro Señor Jesús, en el poder del Espíritu Santo. Amén”.
Tercer domingo: “Señor Jesús, con humildad te pedimos que nos capacites para ser fieles testigos de ti, que eres la Luz. Danos la fuerza de tu Espíritu, para que, amando como tú, entregando la vida en servicio, perdonando setenta veces siete, amando al que nos ofende, yendo por el mundo derramando misericordia sin límite, glorifiquemos a nuestro Padre y seamos invitación viviente para seguirte. Amén”.
Cuarto domingo: “Amado Padre, con el corazón contrito y humillado, te rogamos nos concedas el poder dar a luz a tu Hijo amado en medio del mundo. Que, así como nuestra santa Madre María te dijo ¡Sí, hágase en mí tu Palabra!, podamos hacerlo y llevar a nuestro Señor a todos los rincones de nuestro mundo personal, a todas las relaciones y ámbitos. Llénanos de gracia, consuélanos con tu presencia y destierra el miedo que nos impide abrazar sin límites el Evangelio. Amén”.
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