Cuando la realidad supera la ficción, podemos notar cosas muy inesperadas. Tal es el caso de este joven que se volvió en la luego de caerse de una silla cuando jugaba videojuegos haciendo la simulación de una realidad virtual. El autor del consiguió que cada vez que el coche virtual se moviera o girara hacia los lados, el sistema vestibular humano considerara que también el cuerpo se está desplazando.

El simple hecho de sincronizar un videojuego de carreras puede llevar a otra dimensión en un abrir y cerrar de ojos. Esto se produce porque se genera un estímulo en el sistema vestibular de los oídos (órgano relacionado con la forma de mantener el equilibrio y el control del espacio donde te encuentras). Un ‘youtuber’ se animó a crear un simulador que daba este movimiento para ofrecer una sensación realista.

Este hecho fue fundamentado y explicado a través de su canal que cuenta con amplios seguidores. Según explica, Mean Gene Hacks se dio la aventura de construir un dispositivo casero de estimulación vestibular galvánica (GVS, de acuerdo a sus siglas en inglés) que, mediante dos electrodos en shock cerca del oído genera impulsos eléctricos a los nervios que responden generando afectación en el equilibrio.

Al mismo tiempo, y usando un ‘software’ personalizado que él mismo codificó, Biden recopiló datos de movimientos del juego de simulación en 15 vehículos BeamNG.drive. Así, una vez que el aparato GVS convierte esa información en impulsos eléctricos, los envía a los electrodos en la cabeza. De ese modo, se altera el equilibrio y cada vez que en el mercado de videojuegos se mueve el coche o gira hacia los lados, se hace creer al sistema vestibular, responsable de detectar desplazamientos y giros, que el cuerpo también se está desplazando.

Como una forma de probar la experiencia, el autor pudo llegar a la conclusión que este sistema de su total creación es funcional y efectivo. En primera instancia, cuando su camioneta voló de costado fuera de la carretera, sintió el desequilibrio como tal. Esto generó un movimiento brusco para que posteriormente pierda el control y termine cayendo de su asiento sin reacción alguna.

Sin embargo, también demostró que el GVS solo ofrece esa sensación en caso de movimiento lateral, de modo que al acelerar o frenar no es posible experimentar el impulso hacia delante o hacia atrás. Existen en el mercado gran variedad de dispositivos que transmiten al jugador la sensación de conducir, desde mandos vibratorios hasta asientos especiales y cabinas completas que simulan el movimiento de un automóvil.

Eso sí, conseguir este tipo de materiales suele ser muy costoso. Si hablamos de este simulador netamente casero, el autor puede asegurar que ha gastado cerca de 50 dólares en el dispositivo GVS. También se animó a compartir el código fuente del programa informático. Este último fue utilizado para sincronizar el juego con el aparato y así animar a quienes desean experimentarlos por sí mismos.

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