En muchas familias, las madres son la columna vertebral, el pegamento que mantiene todo junto. Se encargan de los quehaceres de la casa, llevan a los niños a sus actividades y se aseguran de que todo funcione sin problemas. Por eso cuando se sufre su repentina partida se convierte en un difícil momento para los que la sobreviven, especialmente si se trata de niños.
En el caso de Patricia Pieri, de Utah, Estados Unidos, a ella le gustaba arreglar el cabello de su hija Isabella, de 9 años; sin embargo, un día murió de una rara enfermedad cerebral con la que batalló desde hace algunos años. La pequeña quedó huérfana repentinamente, con el corazón destrozado y resentida por la terrible experiencia que le tocó vivir a tan corta edad.
Su padre Philip, de 47 años, hizo lo mejor que pudo para ayudar a su hija con su cabellera pero se percató que no era lo mismo. “Ella se enfadaba conmigo por halarle el cabello. No sabía cómo hacerlo. Un día [Isabella] vino a casa y lucía hermosa. Le digo mi princesa y lucía como una, haciendo que su confianza aumente, que era algo que quería”, agregó a NBC News.
Pero, ¿quién era la persona responsable detrás de este hermoso gesto? Se trataba de Tracy Dean (47), la conductora del autobús escolar. Habían pasado dos años desde la muerte de la madre de Isabella y la mujer había visto a la niña tratar de arreglarse el cabello por su cuenta, así como verla con un peinado más corto debido a que Philip no sabía qué más hacer.
Por lo general, no es una tarea fácil para las niñas peinar su propio cabello a tan temprana edad, pero Isabella hacía lo mejor que podía. Tracy tiene cuatro hijos, una de ellos de la edad de Isabella. Ella sabe bien que a esa edad, las niñas permiten que su apariencia afecte su autoestima. Esta adorable historia causó revuelo en YouTube y otras redes sociales.
Esa fue la razón por la que Tracy le pedía a Isabella que se quedara unos minutos después que todos los chicos se bajaran para cepillarle rápidamente la cabellera y darle algo de estilo. “Podía ver que la estaba pasando mal con su cabello. Por lo general hacemos dos trenzas francesas y, de vez en cuando, ella solo quiere una trenza”, precisó.
“También le enseñé cómo cepillarse el cabello. Ella se sube al bus y me dice ‘Me cepllé el cabello. ¿Luce bien?’ y yo le digo ‘Lo hiciste asombroso’”, agregó la mujer, un gesto por el que el padre de Isabella se mostró muy agradecido y asegura que no olvidará jamás. “Es una señora muy amable”, precisó.
A Tracey no le importa que su día de trabajo se extienda un poco más de la cuenta con tal de ayudar a la pequeña Isabella con su cabello. Ella es una sobreviviente del cáncer y se pregunta a sí misma si fuera su propia hija. “Es la forma en que mi mamá me crió: a ser amable con todos, ya que la gente necesita algo de amor en su vida”, indicó.
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