Club Natación Almería no la pasó bien el pasado domingo, cuando recibió a CD Tiro Pichón por la Liga Nacional Juvenil Andaluza. No porque perdió 1 a 0 como local, sino porque en los últimos minutos (como puede en YouTube), el terreno de juego fue escenario de una auténtica batalla campal. Una que generó que, incluso, un jugador del conjunto de Almería fallara un penal a propósito en el minuto final, ante las amenazas de muerte que había recibido.
El partido marchaba 1 a 0 con la victoria del visitante, que está quinto en el grupo 13, uno de los de Andalucía. El árbitro cobro un penal para Almería (en el puesto 10 entre 18 equipos) y comenzaron los disturbios. Entonces, los hinchas visitantes irrumpieron en la cancha a los golpes. Y a los gritos.
Así lo contó el árbitro del partido, Fernando Pérez, en el acta oficial: "Un grupo de 20 aficionados, que portaban camisetas del Tiro Pichón, entró al terreno de juego lanzando botellines de agua y golpeando a jugadores y cuerpo técnico del equipo del Club Natación Almería. Incluso uno de esos aficionados me golpeó en la espalda con ambas manos. Tanto los aficionados que se encontraban en el terreno de juego, como fuera de él, nos amenazaron de muerte al equipo arbitral y al lanzador del penalti del equipo local si anotaba el gol".
Ante esta situación, Juanfra Miras, entrenador de Natación Almería, le dijo a Alberto, el encargado de patear el penal, que fallara la ejecución. "Nosotros no teníamos nada en juego y lo que queríamos era evitar que hubiera agresiones, porque amenazas e insultos sí hubo”, señaló el DT a La Voz de Almería. “Fue un desastre todo lo que vivimos en nuestro campo de fútbol; este tipo de cosas es lo que hace que aborrezcas el fútbol y pienses dejarlo, porque es una lástima que pasen este tipo de cosas en el fútbol formativo", se lamentó.
Desde Tiro Pichón señalaron que las amenazas no existieron, sino que hinchas pidieron “por favor” que el jugador errara el penal. El presidente del club, Juani Oñate, en diálogo con Radio Marca Málaga, se quejó de la tarea del árbitro: “Estuvo 90 minutos vacilando a los futbolistas, a los padres y humillando a los entrenadores”. Y se quejó del accionar de los policías que, a su gusto, llegaron en una cantidad innecesaria: “Nos trataron como delincuentes”.
Por otra parte, aludió al gesto del jugador de Almería que erró el penal: "Fue precioso".