Abuelito de 103 años recibe cartas de cumpleaños de todo el mundo por participar en la Segunda Guerra Mundial

Orland Phillips es un veterano de la Segunda Guerra Mundial quien hoy vive en Virginia, Estados Unidos quien, a su vez, acaba de cumplir unos venerables 103 años y, por más loco que parezca, recibió tarjetas de cumpleaños de personas alrededor de todo el mundo, cuya historia se ha vuelto tendencia en diversas redes sociales.

Mary Hodge, hija de Orland, tuvo la iniciativa de pedir en redes sociales a las personas que envíen tarjetas de cumpleaños a su progenitor. A Sky News detalló lo siguiente: “Lo hicimos un par de años antes y obtuvimos una respuesta bastante buena, pero este año decidimos que 103 sería una muy buena idea para obtener 103 tarjetas”.

Una de estas publicaciones hechas por Mary recibió un total de 500 veces compartido, haciendo eco en muchas personas y, en vez de recibir 103 tarjetas, llegaron a su domicilio en Virginia más de 1000.

Una vez que la historia de este longevo padre se hiciera viral, el tierno abuelito declaró: “No sé qué pensar acerca de tantas cartas (…) He estado trabajando en leerlos. Leí cada uno de ellos”, así como indicar que la mayoría de estas le dicen cosas como: “Te deseo lo mejor y gracias por tu servicio (como militar)”.

Hodge, conmovida con la reacción de los usuarios de Internet, agregó: “Después de que esto sucedió, cada vez que veamos a alguien mayor, definitivamente, le enviaremos una tarjeta (…) Hemos visto solicitudes antes y esto significa tanto que, definitivamente, lo haremos en el futuro”.

Y, no solo esto, pues el veterano de la Segunda Guerra Mundial (quien durante el conflicto bélico formó parte del Ejército de los Estados Unidos como maquinista, sirviendo en el frente del Pacífico combatiendo al Imperio Japonés) también ha recibido cartas de estudiantes de segundo grado las cuales lee con mucho entusiasmo: “Es un buen pasatiempo que me alegra”.

El exmilitar ha confesado que tiene cartas que proceden de más de 45 estados del país norteamericano, al punto que su familia está catalogando cada tarjeta, de acuerdo desde dónde fueron enviadas.