Si eres una persona a la que le desagradan los gatos, esta historia te hará amarlos en el acto. Ronald Williams es un veterano de guerra de 86 años que vive solo en su vivienda de Sturgis, Michigan (Estados Unidos), y por recomendación de su hija, adoptó en 2020 a un gato al que bautizó como ‘Fluffy’ para que le haga compañía, sin imaginarse que sería la mascota quien acabaría dándole una segunda oportunidad de vida gracias a su heroísmo.
A lo largo de sus primeras semanas juntos, Ronald aseguró en diálogo con el noticiero de la televisora FOX 17 que él y ‘Fluffy’ congeniaron de inmediato. “Lo miré y así de fácil se ganó mi corazón”, dijo el octogenario sobre el minino, con quien suele conversar mucho e incluso, cuando habla por teléfono no se despega de su lado, aprovechó para enseñarle un truco haciendo el sonido de la timbrada con la frase ‘ring-a-ding’.
Sin embargo, como relata el video viral del reportaje compartido en YouTube, un día el hombre de la tercera edad se cayó al salir de la ducha y no podía moverse. “Mi brazo estaba inmovilizado debajo de mí, y las horas seguían pasando”, dijo Ron sobre las 16 agónicas horas que pasó (desde las 8 de la mañana hasta casi la medianoche) en esa incómoda posición tras golpearse la cabeza con la puerta cerrada y su dispositivo de alerta en la otra habitación cargándose.
Tan cerca, pero a la vez tan lejos
Lo único que tenía consigo era su teléfono celular, pero no se encontraba al alcance de su mano. Afortunadamente para Ronald, ‘Fluffy’ también lo acompañaba y, sabiéndolo o no, estuvo entrenándolo para este momento. “Así que le dije ‘ring-a-ding’ a Fluffy y que era mi única esperanza. Y vaya que lo era. No pasaron ni cinco minutos hasta que sentí algo en mi mano. Y aquí sigo gracias a él”, precisó el anciano.
“Repasé el momento un millón de veces. ¿Y si no hubiera estado allí conmigo? Hoy estaría muerto”, agregó el octogenario al referirse al momento en el que ‘Fluffy’ le alcanzó su teléfono y pudo llamar al servicio de emergencia 911 para que lo ayudaran. Con algo de dolor, rasguños y unos cuántos moretones, Williams está agradecido con su mascota por haberlo auxiliado cuando más lo necesitaba.
“Nadie me va a decir que Dios no estuvo involucrado en esto. Sigo vivo hoy gracias a esta pequeña bola de pelos, este hermoso gato blanco con negro. Me alegra mucho haberlo acogido (...) Algunos le dicen Flash, otros le dicen Rayo. Yo lo llamo héroe. Él es mi héroe y siempre lo será. Siempre estará conmigo hasta el día en que muera”, sentenció.