“Dragon Ball Super” aún no tiene noticias nuevas sobre la continuación del anime, pero por su parte el manga avanza sin descanso con Toyotaro como dibujante principal y con Akira Toriyama como su principal asesor. Ambos han traído la nueva Saga del Prisionero de la Patrulla Galáctica, donde el nuevo enemigo Moro se presentó oficialmente.
Este es un mago milenario que hace mucho tiempo aterrorizaba el universo devorando todos los planetas a su paso. No obstante fue detenido y encerrado hasta que escapó de la Prisión Galáctica para nuevamente devorar planetas y así recobrar todos sus poderes.
En los últimos capítulos del manga se mostró como Vegeta y Gokú intentaron luchar contra él, pero más pronto que tarde se dieron cuenta que era demasiado poderoso como para que puedan vencerlo con sus poderes actuales.
Fue así como Vegeta decidió ir al Planeta Yadrat y Gokú entrenar con Merus, uno de los miembros más fuertes de la Patrulla Galáctica, en un Salón del Espíritu y el Tiempo. Aquí se descubrió lo poderoso que era Merus, pero la revelación mayor llegaría con el último manga de “Dragon Ball Super”.
Resulta que Merus era de la raza de los ángeles. ¿Cómo se supo esto? Whis bajó del Reino Celestial para detener a ambos en su entrenamiento, ya que ambos podían chocar sus poderes de manera real y de hacerlo Merus desaparecería.
Al llegar, Whis detiene el combate que Merus y Gokú iban a tener y los tele transporta fuera del Salón antes de que comiencen a luchar. Aquí Whis le explica a Gokú que él era el verdadero hermano de Merus y que él pertenecía a la raza de los ángeles. Además, le explicó como funcionaban las reglas que guiaban la existencia de estas criaturas.
En realidad, solo se guían bajo una sola regla: los ángeles tienen que ser imparciales. Así lo comentaron el Gran Sacerdote y Whis cuando conversaban sobre el tema de Merus. Él actualmente estaba en la cuerda floja, ya que sus acciones al unirse a la Patrulla Galáctica y el querer entrenar a Gokú más inclinaban la balanza por el bien que para otra cosa.
Al parecer, Merus había sido enviado al mundo inferior a que gane un poco de experiencia y conozca el mundo real. Él es un ángel menor, como un hermano pequeño de Whis y los demás ángeles aunque sus poderes son comparables los unos con los otros.
De esta manera, Merus le pide perdón a Gokú por llevar las cosas demasiado lejos, aceptando volver al mundo superior donde los ángeles viven y dejando a Gokú solo al costado de una nave que tendría que pilotear sin ayuda para regresar a la Tierra.
Si bien este tema aclara un poco sobre el objetivo de los ángeles, ¿qué pasa si uno de ellos llega a ser imparcial? ¿Por qué a Whis no le ha pasado nada si siempre ha ayudado a los protagonistas y hasta incluso los ha entrenado por más tiempo que Merus? Todo esto tiene una respuesta.
Primero, cuando un ángel llega a tomar una decisión que no es imparcial o realiza una acción de una naturaleza “buena” o “mala”, automáticamente desaparecen de la existencia. No es que Zeno Sama u otro ente como el Gran Sacerdote los desaparezca, sino que simplemente dejan de vivir para convertirse en la nada.
En segundo lugar, Whis sí entrenó a Gokú y Vegeta, pero lo hizo a cambio de la comida que necesitaba su Dios de la Destrucción. Esto quiere decir que mientras la decisión de un ángel sea imparcial en su interior, el mismo puede inclinar la balanza “inconscientemente” de un lado u otro utilizando sus grandes poderes.
Lastimosamente, aún no existen límites sobre lo que pueden hacer los ángeles y hasta qué punto pueden utilizar sus habilidades, ya que como lo ha demostrado Whis en el pasado, puede teletransportarse, retroceder el tiempo, mover y modificar la materia con la mente y poseen la inmortalidad eterna, siempre y cuando no infrinjan la ley de ser imparciales.