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A medida que las mujeres siguen retrasando su edad de maternidad, la tecnología de criopreservación de óvulos continúa aumentando en el mundo. Gracias a esta técnica es posible preservar la fertilidad de la mujer por tiempo indefinido. Para ello, se congelan los óvulos a temperaturas muy bajas a fin de mantenerlos en un estado de vida inanimada.
Pero no cualquier laboratorio o centro puede realizar un procedimiento como este. Además de los biólogos y especialistas en criopreservación, es importante contar con la infraestructura y tecnología más adecuada. Recordemos que los óvulos deben conservarse en tanques de nitrógeno líquido, previo uso de unas sustancias llamadas “crioprotectores”, que permiten preservar la estructura de estas células y evitan que se cristalicen al momento de ser congeladas.
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Con una técnica de congelación ultrarrápida, llamada vitrificación, los ovocitos se conservan por tiempo indefinido hasta que la paciente decida convertirse en mamá a través de una técnica de Fecundación in Vitro (FIV). “Antes de iniciar la vitrificación se deben estimular los ovarios a fin de obtener la mayor cantidad de óvulos maduros. En el laboratorio, estos se colocan en tanques de nitrógeno líquido a menos 196 grados centígrados bajo cero”, refiere el Dr. Álvaro Ascenzo Aparicio, ginecólogo y experto en fertilidad asistida de la Clínica Miraflores.
Con la vitrificación, los óvulos se pueden preservar saludables y jóvenes por muchos años. La edad ideal para criopreservar suele estar entre los 25 y 35 años. Sin embargo, también es posible hacerlo antes o después de ese rango. Todo va a depender de la evaluación que realice el experto en fertilidad.
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