cuenta con normas muy específicas sobre lo que los usuarios pueden hacer. Imaginamos que -al igual que las letras pequeñas de todo contrato virtual- no hemos prestado atención al código de comportamiento de esta  hasta que somos sancionados por algo que creíamos permitido.

Vayamos desde lo más obvio hasta lo aparentemente permitido si es que no prestamos atención a los detalles de nuestra actividad en WhatsApp.

En la cabeza está el envío de contenido de material ilegal (pornografía infantil, por ejemplo), escenas obscenas u ofensivas desde la perspectiva racial. En resumen, todas las actividades que "promuevan o fomenten conductas que serían ilegales, o de otro modo inadecuadas, incluida la promoción de delitos violento".

Luego tenemos la clonación de identidad. Los usuarios no pueden hacerse pasar por otra persona; de lo contrario, WhatsApp iniciará una investigación interna sobre la situación y la actividad del sospechoso.

A partir de aquí comenzamos con lo más suave. El envío de mensajes automáticos o hacer spam es algo sancionado por WhatsApp. Hay infractores que recurren a softwares especiales para el envío en cadena de mensajes a todos los usuarios posibles. En caso de ser descubierto, WhatsApp puede bloquear al usuario o eliminarlo de manera definitiva.

Otra actividad sancionada por WhatsApps es crear demasiados grupos con desconocidos. De alguna manera, esto genera la sospecha de alguna actividad irregular.

Finalmente, existe la posibilidad de ser sancionado tras haber sido denunciado por los usuarios de WhatsApp. Lo que hace el sistema es averiguar los motivos (como el acoso, por ejemplo) y decidir si dará de baja al usuario.

En caso de ocurrir una sanción, el infractor recibirá una notificación de que "no está autorizado para usar nuestro servicio" y deberá "contactar con soporte para obtener ayuda" vía correo electrónico con support@whatsapp.com. WhatsApp tiene el plazo de 72 horas para analizar el caso y decidir finalmente la suerte del infractor.

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