presentó su nueva consola en el pasado de Los Angeles, dándonos los primeros detalles de su hardware y sistema, que parece ser iban en consonancia con los rumores y filtraciones de los últimos meses. En cualquier caso, sabemos que llegará en Navidades del 2020, con capacidades 8K, tasas de frames hasta 120 cuadros por segundo y discos duros SSD. Pero, ¿cómo será de potente? 

quiere seguir con la misma línea marcada por Xbox One X. Su Scarlett, sucesora de la actual generación de consolas Xbox One, será hasta 4 veces más potente que Xbox One X. No es un dato especialmente exacto, ya que hay un buen número de factores que influyen en el rendimiento teórico de estas consolas, pero sí podemos hacernos una idea de hacia dónde se quieren dirigir en términos de hardware. Actualmente, Xbox One X es la máquina más potente del mercado, un sistema de sobremesa capaz de ofrecer 6 teraflops, con gráficos 4K y HDR.

Scarlett rondaría los 10 y 11 teraflops, siendo más potente que todas las máquinas actuales y que incluso sistemas que usan el poder computacional de la nube como Google Stadia. Supondría un salto enorme desde el primero modelo de Xbox One lanzado en 2013, que llegaba a los 1,31 teraflops (1,40 en su modelo Xbox One S) y los 1,84 teraflops de PS4 en su edición básica.

El modelo más avanzado de Sony en estos momentos, PS4 Pro, ofrece una potencia de 4,2 teraflops. No sabemos cómo irá de potencia ataviada PS5, pero parece que algunos rumores hablan de que sería igual o más potente que la solución preparada por Microsoft.

El salto de One X a Scarlett también vendrá determinado por otros componentes, como la memoria RAM GDDR6, una de las más rápidas del mercado, la nueva CPU diseñada por AMD o la compatibilidad del raytracing, la técnica de vanguardia que permite iluminación de gran realismo. Scarlett también usará una nueva generación de discos duros de estado sólido o SSD, que eliminarán las cargas lentas en los videojuegos y que permitirá una mayor rapidez al sistema en términos generales.

Como técnica especial diseñada por la propia Microsoft, también será compatible con una opción de memoria virtual, que agilizará el trabajo a los desarrolladores. Además, Scarlett utilizará avanzados codecs de audio en 3D, así como será retrocompatible con las actuales y anteriores consolas de Microsoft, un pilar al que Redmond no quiere renunciar.

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