Con un espectáculo carnavalesco, Brasil despide a Río 2016, los primeros Juegos Olímpicos realizados en Sudamérica. Y aunque habrá brasileños que sientan "saudade", muchas personas respirarán aliviadas cuando se extinga la llama del pebetero.
La ceremonia de clausura de Río 2016 comenzó con la cuenta regresiva, marcada por un reloj de pulsera como el que usó Alberto Santos Dumont, el brasileño considerado además pionero de la aviación y homenajeado en el espectáculo. Los brasileños afirman que un amigo de Dumont ideó ese tipo de reloj para que el aeronauta pudiera ver la hora mientras operaba su avión.
Tal como lo hizo en la ceremonia inaugural hace más de dos semanas, Brasil apeló de nuevo a su música como carta credencial para conmover al mundo. Un frenético ritmo de Sambódromo marcó la entrada de un grupo de bailarines con trajes multicolores.
A la manera de una bandada de papagayos, formaron en la cancha del Maracaná las siluetas de lugares emblemáticos de Río, como el Pan de Azúcar y los Arcos da Lapa. El cantautor popular Martinho da Vila interpretó después "Carinhoso", un viejo tema de 1917.
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