De niño todos jugamos alguna vez a ser un maestro Jedi, de no pasarnos al 'lado oscuro' y de vencer a los Sith con nuestros sables de luz, que en muchos casos eran espadas de plástico de diferentes colores. Y si en los años 80 la batalla entre Luke Skywalker y Darth Vader en El Retorno del Jedi marcó una época; para los fanáticos de este siglo, el duelo entre Anakin Skywalker y Obi-Wan Kenobi se llevó todos los aplausos.
Aquel combate épico entre alumno y maestro, encarnadores de la disputa eterna entre el 'lado oscuro' y el de 'la fuerza', cautivó a todos en 2005 y quedó inmortalizado como uno de los mejores momentos de la histórica saga. A muchos, la película los motivó a volver en el tiempo y ver la trilogía original. A otros simplemente les cambió la vida, como a Eduardo García Biel, quien será nuestro esgrimista en Lima 2019.
Con siete años, Eduardo ya había practicado muchos deportes: bádminton, fútbol, atletismo, taekwondo, tenis de mesa, karate, gimnasia, entre otros. El problema era que ninguno lo convencía ni lo llenaba. Todo era emoción de un momento. Hasta que vio La Venganza de los Sith (Star Wars III) y su mundo cambió.
"Cuando la vi (la película), no dudé y dije, ¡espadas!", recordó García Biel en una reciente nota con el Instituto Peruano del Deporte (IPD). Los sables de luz, la coordinación brazos y piernas y la emoción de un duelo con este tipo de armas hizo que buscara un deporte similar. Y así encontró la esgrima, en el que dos personas protegidas con una máscara y un traje se enfrentan con espadas, sables o el florete (este último utilizado solo para entrenar).
A pesar de sus ganas, su primera su experiencia no fue la más alentadora. "El primer día que fui (a practicar esgrima) me lastimé el hombro por lo pesada que era la espada. Creo que me lo disloqué, pero no fue tan grave. La experiencia me encantó y al mes ya estaba entrenando de nuevo", comenta Eduardo, quien, como buen Jedi, no se rindió.
Los primeros años fueron recreativos, y solo en la adolescencia el esgrimista fue consciente de sus habilidades con la espada. Las palabras de su primer entrenador, Andrey Sladkov también ayudaron. "Él me había dicho que tenía potencial", asegura. Ese talento se vio plasmado en la Copa del Mundo Sub 20 (El Salvador, 2016), en el que sobrepasó cualquier expectativa: se llevó la medalla de oro.
"No esperaba obtener ningún resultado, fue mi primer gran torneo internacional. Competí con deportistas de muy alto nivel y pude subirme al podio. Esto impulsó mi carrera deportiva, hizo que me diera cuenta de que podía lograr grandes cosas", señaló García Biel, quien por entonces tenía 18 años.
"Ahora trato de ser mejor cada día, mis propios entrenamientos son competencias. La esgrima es un deporte de combate, luchas por tu vida. Ahora entreno para matar y no solo para mejorar mi técnica. Eso cambió en mí", sostiene. Hoy, con 20 años, Eduardo García Biel es nuestra 'arma' en esgrima para los Juegos Panamericanos, y pese a la corta edad, tiene la confianza propia de un atleta experimentado para subirse al podio.
"La experiencia es algo que me falta; sin embargo, siento que estoy muy bien para unos Juegos Panamericanos, quizá unos Juegos Olímpicos también. Tengo mucho que aprender, pero voy a dar todo lo que tengo por una medalla", firmó Eduardo García Biel. ¡Hasta la gloria, joven padawan!
Más historias:
►Ni un huracán lo venció: cuando Alessandro de Souza no pudo ver por el viento y la lluvia… ¡y clasificó a Tokio 2020!
► Kevin Martínez, el ‘cyborg’ del frontón peruano que aún no encuentra rival
► La valla más alta de Kimberly Cardoza: el día que abandonó en Cochabamba y se recuperó en 10 minutos
► Luis Pizarro, el 'as' de la gimnasia artística que casi se queda sin Panamericanos por practicar demasiado