Jhon Murillo participó este martes en la final del salto triple en los Juegos Olímpicos de Río 2016. El colombiano se había presentado en Río sin grandes expectativas y logró el boleto con perfil bajo pero marca de 16,78 metros, la mejor entre los atletas latinoamericanos y la octava en la global.
En el primer salto, el atleta de 32 años registró nulo. En el segundo intento, el antioqueño logró una marca de 17.09 metros y se ubicó de manera provisional en la cuarta posición de la clasificación por detrás de los norteamericanos Taylor (17.86 m) y Claye (17.76 m) y del competidor chino, Dong (17.58m). Es importante mencionar que con este salto el colombiano logró un Récord Nacional.
En su tercera oportunidad, Murillo tuvo un salto de 16.43 y permaneció en la cuarta casilla. En su cuarta participación, el colombiano no pudo mejorar la marca ya que registró 16.79 metros. Además, el chino, Shuo Cao, lo superó con un salto de 17.13 metros.
En la quinta oportunidad, el antioqueño no tuvo una buena actuación pues registró una puntuación de 16.66 metros. Finalmente, el 'cafetero' tuvo un salto nulo. Con este resultado, el atleta quedó en la quinta posición. La medalla de oro la conquistó el norteamericano Christian Taylor, el segundo lugar fue ocupado por su compatriota Will Claye y la presea de bronce terminó en las manos del chino Bing Dong.
"Me siento muy feliz. No me esperaba pasar a la final. Es algo histórico en mis primeros Juegos, pero tengo que dar mucho más para mañana", declaró nada más finalizar la prueba Murillo, quien tuvo notable fuente de inspiración la noche anterior, cuando su compatriota Caterine Ibargüen ganó la final femenina y se colgó la medalla de oro que le faltaba en su palmarés.
El antioqueño lo vio por televisión desde la villa olímpica, pues debía competir a primera hora de la mañana siguiente y no quería desaprovechar valiosas horas de sueño. Y es que los centímetros son oro en la prueba del vuelo horizontal, pero el tiempo – de descanso, de entrenamiento, de carrera previo al vuelo-, también importa para los saltadores. Más incluso, cuando les acompaña la sensación de ir siempre a rebufo.
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Si bien el presente de Murillo le confirma entre la elite mundial, sus inicios no se ajustan al perfil del saltador habitual.
Arrancó con la jabalina, hasta caer en la cuenta de que el octavo puesto que ocupaba en la clasificación nacional no le valía para dar el salto deportivo que anhelaba.
"Un entrenador de lanzamiento me vio y me convenció para cambiar de modalidad", explicó. "Me trasladé durante seis años a Medellín, entrenando a nivel nacional, luego en Cartagena donde seguí mejorando mis marcas, y las cosas han evolucionado hasta aquí, y ahora estoy representando al país".
Una década después de aquel punto de inflexión, el hoy finalista cuenta los mismos 32 años que la medallista Ibargüen, motivo por el cual Murillo no desespera, consciente de que aún le quedan muchos saltos por delante tras la justa olímpica.
Pero ahora toca presente, y en él figura destacado el nombre del colombiano junto a grandes saltadores como Christian Taylor, primer clasificado el lunes y máximo aspirante a medalla ante la ausencia del cubano Pablo Pichardo por lesión.
"Venia preparado y sólido. Mi entrenador me aconsejó que compitiera como hago en las competencias nacionales, y estoy aprovechando mi oportunidad", resumió Murillo. "Las cosas se están dando solas y creo que mañana se van a dar bien. Voy a salir desde el primer salto a buscar la barrera de los 17 metros".
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