En la última final de la NBA, en la que los Milwaukee Bucks le voltearon la serie por 4-2 a los Phoenix Suns, el nombre más destacado fue Giannis Antetokounmpo gracias a una excelsa actuación en los seis partidos. No obstante, si bien el griego fue la cabeza visible del exitoso esquema de los de Wisconsin, hubo un jugador que durante los últimos años ha venido haciendo un trabajo silencioso y que tras nueve años por fin pudo alzar su primer anillo: Khris Middleton.
La presencia del jugador de 30 años en los Bucks ha sido clave no solo durante la consecución del último título, sino desde mucho antes, lo que también ha permitido que Antetokounmpo puede desarrollar su mejor juego temporada tras temporada, alcanzando la cima ante los Suns.
Khris Middleton ha construido una imagen bastante confusa, pues aunque muchos no lo consideren una estrella de la NBA en base a prejuicios injustificados, las subidas y bajadas en su nivel a veces parecen ir en la línea de los comentarios que lo rodean. “Juega por debajo de su nivel, los medios le critican, empieza a jugar mejor, se convierte en un jugador infravalorado, parece Michael Jordan en su mejor momento... y vuelve a jugar por debajo de su nivel”, rezaba una de las publicaciones en redes sociales tras las dos primeras derrotas de los Bucks en la serie. Aunque el texto explica todo desde la exageración, cuenta con argumentos sólidos para ser una crítica válida para el jugador.
Esa inconstancia en Middleton se puede explicar en los números que arrojó su participación en los encuentros frente a los Suns: pasó de anotar 29 puntos en el primer partido, luego solo 8 en el segundo cruce, para finalmente encestar 40 en el cuarto juego que le sirvió a los Bucks para extender la llave. Estos datos solo grafican parte de lo que se dice de él y de la dificultad que tiene para a sostener su excelente nivel durante la temporada hasta los partidos de definición, una de las mayores críticas que ha recibido desde que está en los de Milwaukee.
El alero silenció a todos aquellos que decían que no estaba preparado para sumar su primer anillo, especialmente con un desempeño muy por encima de lo esperado en la última final donde supo acompañar los movimientos de Gianni Antetokounmpo para no permitir alguna penetración de los Suns.
Desde que empezó a crecer en la NBA, siempre ha habido buenas expectativas en el nivel de James Khris Middleton (Charleston, Carolina del Sur, 12 de agosto de 1991). Si bien comenzó con el status de un jugador normal dentro de la franquicia, con el pasar de los años mostró luces que permitían avizorarle grandes noches en la Liga. Sin embargo, muchas veces se vio opacado por sus constantes altibajos.
Middleton arribó a la NBA en 2012, pero cuando Detroit Pistons lo fichó después de quedar en la posición 39 de la segunda ronda del Draft, no encontró el contexto para sumar más de 27 partidos –ninguno como titular– durante su primera temporada. Estos números lo regresaron a la G-League para conseguir minutos hasta que esté listo para retornar a la división dorada de los Estados Unidos.
Formado en los Aggies de la Universidad de Texas A&M, Khris Middleton buscó salir de los Pistons para establecerse en la NBA y conseguir una participación más consistente. A lo lejos aparecieron los Bucks para acogerlo, configurando su fichaje de manera silenciosa por detrás de la llegada al equipo de Brandon Knigth, quien sirvió como trueque para la partida de Brandon Jennings a los Pistons.
Con 22 años y toda una carrera por delante, Khris tomó el 2013 como un año de aprendizaje en el que también se sumó la visión de los Bucks para generar un proyecto a largo plazo y dejar el derrotismo de los últimos años de lado, para el que también se sumó la promisoria aparición de Giannis Antetokounmpo. En la primera campaña juntos solo sumaron 15 victorias, pero a pesar de la crítica despiadada de la prensa, ellos vieron estos resultados como el punto de partida para cimentar un dúo sólido que pudiera hacerle frente a los otros equipos.
Para conseguir el nivel que hoy ostenta, Middleton tuvo que seguir un manual que Milwaukee le preparó para potenciar su juego sin que eso significase limitar su talento a movimientos rígidos. Esto se acentuó más en la pretemporada de 2018, ya con Mike Budenholzer como técnico, quien le entregó al nacido en Charleston un manual titulado ‘The Khris Middleton All-Star Plan’. Este documento fue el camino a seguir para que se convirtiera en una superestrella de la NBA, tal como lo informó en su momento Kevin Arnovitz, periodista de la cadena ESPN.
“Reoriente su juego lejos de las cosas con las que se sienta más cómodo y aprenda nuevas formas de jugar”, decía uno de los apuntes en el plan para Middleton. Estos cambios en su juego le exigieron un mayor compromiso defensivo para liberar los despliegues de Antetokounmpo y así no dejar descompensado al equipo. Justamente este nivel de solidaridad hacia el esquema de Budenholzer le ha permitido destacar silenciosamente, pero sin que eso le reste mérito.
En la actualidad, Khris Middleton es un jugador más completo y puede rendir en diversas aristas del juego gracias a su lectura de las circunstancias. Esto, además, hace de él un alero más anárquico sin tener las mismas responsabilidades que Antetokounmpo. “Estaba siendo agresivo. Pero eso es lo que hace en la recta final. Queremos que tenga la pelota. Queremos que sea él quien tome las decisiones. Sabemos que va a hacer grandes tiros y esta noche estuvo increíble”, comentó el griego sobre el nivel de su compañero en el cuarto partido, demostrando así un alto nivel de comprensión entre ambos.
“Es la persona con la que quiero construir un legado”, añadió ‘Anteto’. Y es que de continuar así y sostener su rendimiento por más tiempo durante la temporada que iniciará en octubre, Khris Middleton, con la edad óptima para instalarse en el ideario del público como la superestrella que es, podrá aspirar a revalidar el anillo que acaba de conseguir con los Milwaukee Bucks.
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