Para los miles de aficionados que ocupaban cada rincón de East Lake, parecía que Tiger Woods estaba más cerca que nunca de coronar su memorable campaña de retorno con un triunfo en el último evento de la Gira del PGA (circuito norteamericano de golf profesional).
Cuatro hoyos consecutivos de un solo putt en la segunda parte de su recorrido del viernes en el Campeonato del Tour (tres para birdie y uno para par) fueron suficientes para contrarrestar un doble bogey y darle a Tiger Woods una tarjeta de 68 golpes, dos bajo par, y colocarlo en un empate en la cima con Justin Rose tras dos rondas.
La última vez que Tiger Woods se colocó en la punta tras los dos primeros días de actividades de un torneo fue en Doral en 2013.
Sin embargo, la leyenda del golf lo ve de otra manera.
Es Tiger Woods quien tiene que lidiar con un césped tipo Bermuda tan crecido que apenas deja al descubierto la parte superior de la pelota, con zonas de green resbaladizas y duras y con un campo que apenas se encuentra por debajo de los majors en cuanto a nivel de exigencia.
"Hay un largo camino por delante", dijo Tiger Woods. "Y este no es un campo sencillo". Durante gran parte de la segunda ronda, batallando incluso para mantener la pelota en juego, el norteamericano lo hizo ver de esa forma. Por el momento, Woods y Rose comparten la punta con 133 golpes, siete bajo par.
Rose, en su debut como número uno del mundo, jugó por delante de Tiger Woods y podía escuchar la algarabía de los espectadores. Firmó birdies en tres de los últimos seis hoyos para anular un bogey y terminar en 67 golpes.
Rory McIlroy hizo los birdies suficientes para compensar sus errores en una ronda de 68 impactos que lo tiene a dos golpes de los líderes.
Fuente: AP