Conoce al paradeportista sin brazos que no cree en límites y juega tenis de mesas con la boca en Tokio 2020

La discapacidad del egipcio Ibrahim Hamadtou no es una barrera para jugar al tenis de mesa. El paradeportista usa su boca para sujetar la raqueta y ser una muestra de ejemplo en los Juegos Paralímpicos de Tokio.
Conoce al paradeportista sin brazos que no cree en límites y juega tenis de mesas con la boca en los Juegos Paralímpicos. (Tokio 2020)

Los están llenos de grandes historias de superación, de deportistas que demuestran que la vida no está hecha para rendirse. Es el caso del egipcio Ibrahim Hamadtou que de niño le dijeron que nunca podría jugar y hoy sorprende al mundo en el tenis de mesa, pues no tener brazos no es una dificultad para cumplir su sueño. Él no cree en límites y usa la boca para sujetar la raqueta y disputar cada punto.

Nacido en 1973 tiene una técnica impresionante para dominar el ping pong. El truco consiste en poner la bola en el pie derecho, elevarla a media altura y con el movimiento de su cabeza mandarla al otro lado de la mesa consiguiendo un punto de oro.

La historia de Ibrahim Hamadtou (48) era como la de cualquier otro niño; sin embargo, a los 10 años sufrió un accidente de tren donde perdió sus dos brazos. Desde ese momento todo cambió y su vida dio un giro donde el dejarse vencer no era una opción.

“En nuestro pueblo solo había dos deportes a los que poder jugar, tenis de mesa y fútbol. A mi me gustaba más el fútbol pero un día cuando estaba viendo un partido de tenis de mesa con dos amigos, en un momento en el que no estaban de acuerdo, yo intercedí. Fue entonces cuando uno me dijo ‘cállate, que tú nunca podrás jugar’. Esa frase se revolvió en mí y fue la que me impulsó a jugar a este deporte”, confesó.

"Me tomó casi un año de práctica acostumbrarme a sostener la raqueta con (mi) boca y hacer el servicio", contó el deportista que lanza la pelota con ayuda de su pie derecho.(Foto: Yasuyoshi CHIBA / AFP)

El duro camino al éxito

Jugar al tenis de mesa no fue sencillo para el padre de tres hijos, pues este deporte se caracteriza por usar los brazos para disputar cada punto y darle a la pelota una velocidad y técnica que marquen la diferencia durante el partido.

Lo primero que intentó Ibrahim Hamadtou fue jugar poniendo la raqueta debajo de su axila, pero no funcionó. “Tiempo después probé con la boca y ahí sí que mejoré. Encontré una forma muy efectiva para devolver rápido y preciso la pelota”, comentó.

Su debut internacional se produjo en 2004 representando a Egipto y, nueve años después, en 2013, fue nominado para el premio a la innovación deportiva Sheikh Mohammed Bin Rashid Al Maktoum en Dubai y fue galardonado como Mejor Deportista Árabe del año.

“Mi caso demuestra que cualquiera puede practicar cualquier deporte (...) la discapacidad no está en los brazos o las piernas, sino que la discapacidad es no creer en lo que tú quieres hacer”, es el mensaje de un deportista luchador que volvió a cumplir su sueño de llegar a unos Juegos Paralímpicos representando a su bandera.

En su debut en el Gimnasio Metropolitano de la ciudad nipona, perdió con el coreano Park Hong Kyu por 3-0 y en su próximo partido frente al chino Chen Chao volvió a caer, pero su participación es mucho más importante que los resultados, pues Ibrahim Hamadtou demuestra sus habilidades únicas y una historia llena de optimismo.

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