Kimberly García recibió la noticia de que los Juegos Olímpicos se habían postergado hasta el 2021 en su casa de Huancayo. Allí está pasando la cuarentena de quince días decretada por el Gobierno del Perú, para evitar la expansión del coronavirus. “La decisión de posponer los Juegos me parece acertada”, nos dice a través de una llamada telefónica. “Sobre todas las cosas, está la salud, seamos o no deportistas”, agrega.
La marchista nacional, en la modalidad de 20 kilómetros, clasificó a Tokio 2020 en abril del año pasado en la Copa Panamericana de México, al superar la marca que pedía la World Athletics, ente que rige el atletismo a nivel mundial. Desde entonces, se ha estado preparando para la cita olímpica. Pero hoy un nuevo virus, surgido en la ciudad china de Wuhan, ha paralizado al mundo entero, tanto que Japón y el Comité Olímpico Internacional (COI) no tuvieron otra opción que aplazar los Juegos Olímpicos hasta el próximo año.
"Es un virus que ataca más que nada a las personas mayores. No podemos ser insensibles ante eso. Si vamos a competir, corremos el riesgo de contagiarnos y de contagiar a la gente que nos rodea, a nuestros familiares y amigos”, advierte Kimberly. Pero, ¿qué hubiese ocurrido si Shinzo Abe, primer ministro japonés, y Thomas Bach, presidente del COI, no hubieran dado su brazo a torcer y celebraban los Juegos este año? “Físicamente, no hubiéramos estado al cien por ciento. Entrenar en nuestra casa no es lo mismo que hacerlo en un estadio”, responde la atleta peruana.
Sostiene, además, que las condiciones no hubiesen sido las mismas para todos los deportistas, porque hay algunos que están entrenando con normalidad, mientras que otros tienen que permanecer en su hogar. “Quizá hubieran sido unos Juegos de baja calidad deportiva, porque no todos están en su 100%”. Tampoco es seguro que ‘Kim’ hubiera viajado a la capital nipona si es que el COI mantenía las fechas. “Si la pandemia seguía, lo hubiera pensando bastante”, asegura
Hay un aislamiento obligatorio en Perú, pero Kimberly no pierde el ritmo, no puede si pretende llegar en óptimas condiciones a Tokio 2020 (sí, el nombre se mantiene tal cual a pesar de que se llevará a cabo en 2021). No puede entrenar en el estadio Mariscal Castilla del distrito de El Tambo, donde generalmente lo hace, pero cuenta con una máquina trotadora. “Ahí estoy marchando en lugar de correr”, relata. “Estoy tratando de adaptar mis entrenamientos. Si me detengo, les doy ventaja a las demás”. Le queda un año para seguir mejorando y para planificar qué hará en los siguientes meses. Eso sí, no parará de marchar o tal vez sí lo haga, pero solo para subirse al podio olímpico: su gran objetivo.
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