Marcelo Peirano pasó de ser una leyenda urbana del running peruano a un mentor de esta disciplina deportiva que cada día gana más adeptos en nuestro país. Y es que completar 100 maratones de forma oficial en diversos puntos del mundo, e inclusive corriendo las principales pruebas de 42k del planeta, no es algo común, pero Peirano lo consiguió, en un plazo de 26 años, pues arrancó ese loco desafío en la Maratón de Nueva York 1998. Curiosamente, la Maratón de Lima 2024, que fue un éxito total con alrededor de 19 mil runners, ha sido la última meta que cruzó para cerrar una etapa soñada de su vida, que apareció de forma casual.

Marcelo, hoy con 47 años, conversó con Depor sobre su reto cumplido, pero también sobre lo que significa el running para él, del auge que está teniendo en nuestro país, de lo que se puede alcanzar con esta disciplina, no solo a nivel deportivo o de salud, sino también social y cultural. Asimismo, nos cuenta sus próximos proyectos que engloban el trail running, carreras de montaña con diversas altitudes en pleno trazado y con paisajes inigualables; el triatlón, este deporte extremo para valientes que combina la natación, atletismo y ciclismo; y, finalmente, la natación en mar abierto, a través de una tradicional ruta por la costa de Lima metropolitana y el Callao. Conoce más de él.

¿Cómo te sientes al haber cumplido la meta de correr 100 maratones y que sea Lima el epicentro de este logro?

La carrera ha sido muy emotiva y con mucha gente que me ha acompañado en este camino. Grupo de amigos, familia, diversos teams de running. He recibido mucho cariño en general del público. A eso se suma el buen ambiente en las calles. En realidad, ha sido muy emocionante todo esto. Durante la carrera se me venía imágenes de todas las pruebas de 42k, de muchísimos momentos. He tratado de hacer un conteo de las 100 maratones oficiales, pero también hay muchas otras que son no oficiales, que son retos, locuras, las cuales no entran al registro. Sin embargo, todo es un camino y es un ciclo que se cierra. Es una etapa que termina y, sabes, con un poco de pena, pero al mismo tiempo lleno de emoción, de alegría. Hay un momento de nostalgia y ahora toca reinventarse, hay que encontrar nuevos retos, desafíos que te motiven, que te obliguen a moverte, que te genere un cierto temor.

Entonces se vienen nuevos desafíos en el running...

Sí. He conseguido una carrera que me da temor, que es una prueba de País Vasco de 171 kilómetros con más de 10.500 metros de elevación. Creo que necesitaba algo así, una competencia radical para salir rápido de este momento de ensoñación, de nostalgia. Alcanzar 100 carreras de maratón es cosa del pasado, ahora hay que mirar a futuro. Tengo que ponerme en modo trail, en modo cerro y al mismo tiempo, motivarme para seguir entrenando.

¿Es tu estreno en el trail running o ya habías tenido experiencia en esta modalidad?

Ya lo había hecho. Había corrido ya muchas carreras de trail, alrededor de 20. Esta modalidad es muy bonita porque vas más lento compartiendo momentos con la naturaleza. Ahora, a mí me gusta diferenciar las dos modalidades. La pista te permite entrar en un trance, en una velocidad crucero. Inclusive, puedes pensar mucho como te contaba que me pasó en la Lima 42k, encontrando imágenes de tu trayectoria. Eso me pasó a mí, recordaba mi primera maratón en Nueva York, en 1998. Más de 25 años, recordando muchos amigos, varios grupos de gente linda que me ha acompañado, que me ha ayudado, que me ha enseñado en diferentes etapas de mi vida. Es más, tengo amigos que ya se han muerto. Imagínate, runners de toda la vida, que los he recordado durante la carrera. Y es que uno en la pista puede pensar, soñar, abstraerse, distraerse porque estás en una velocidad crucero. No obstante, todo lo contrario, sucede con el trail. Ahí no puedes llegar a esa velocidad crucero, no te puedes dar el lujo de distraerte porque te vas de cara, pateas una piedra o pierdes la señal, por ende, la ruta. Entonces hay un grado de concentración mucho más alto.

Y la señalización en el trail running a veces es mínima, pues te brinda mayor rigurosidad para su desarrollo...

En su mayoría, las rutas son señalizadas con una tirita fosforescente. Por eso, hay que estar bien mentalizado en la prueba. Te voy a ser sincero, cuando me inicio en el trail no me gustaba mucho, renegaba. Y es que, en el trail en un ascenso, no estás subiendo a velocidad, lo haces como marchando, no puedes correr. Cuando bajas pasa lo mismo. A veces hay uno que otro experto que se avienta, pero cuando uno no tiene experiencia uno va un poco timorato, va bajando la velocidad, con precaución, pues puedes terminar golpeado. Recuerda que son cerros empinados, pero efectivamente, uno se conecta con la naturaleza. Tiene algo muy lindo que va enlazado con la naturaleza y también, el cerro te brinda un trabajo de fortalecimiento, es como una alternativa al gimnasio. Eso sí, siempre, antes de enfocarte en correr una carrera de largo aliento yo creo que se debe hacer una especie de pretemporada para preparar los músculos, que son los que sostienen el esqueleto, el chasis. Las articulaciones tienen que estar protegida. Entonces hay que hacer ese trabajo, esa tarea hay que hacerla y ya después comienzas a hacer las carreras. Eso te va a ayudar a no lesionarte. Por ejemplo, yo no me lesiono hace muchísimo tiempo, gracias a Dios, gracias al trabajo preventivo.

En esa pretemporada se puede intercalar pruebas cortas, de 5k o 10k, de pista y de trail running...

Claro. Ahora la temporada de pista cuenta con más carreras que las de trail. Hay que tener en cuenta eso. Yo soy un amante de las pruebas de pista, me encanta ese trance, el poder pensar, imaginar, soñar, emocionarte. Una cosa muy linda en el running es que hay un determinado momento en el que se abren las compuertas y salen las endorfinas, salen las hormonas de la felicidad. Esto no lo puedo explicar a detalle, de repente un doctor, un bioquímico lo pueda hacer, pero yo sí lo siento así. Por eso es que resulta adictivo. Y bueno, el que se engancha con esto ya no puede dejarlo, lo necesita para su día a día, para estar más contento.

En esa pretemporada se puede intercalar pruebas cortas, de 5k o 10k, de pista y de trail running...

Claro. Ahora la temporada de pista cuenta con más carreras que las de trail. Hay que tener en cuenta eso. Yo soy un amante de las pruebas de pista, me encanta ese trance, el poder pensar, imaginar, soñar, emocionarte. Una cosa muy linda en el running es que hay un determinado momento en el que se abren las compuertas y salen las endorfinas, salen las hormonas de la felicidad. Esto no lo puedo explicar a detalle, de repente un doctor, un bioquímico lo pueda hacer, pero yo sí lo siento así. Por eso es que resulta adivictivo. Y bueno, el que se engancha con esto ya no puede dejarlo, lo necesita para su día a día, para estar más contento.

La primera carrera de este objetivo de cumplir 100 maratones fue Nueva York, ¿cómo se dio esa participación?

La verdad es que fue una especie de casualidad. Tengo unos primos que ya corrían, uno de ellos, un primo mayor, ganaba estas carreras cortas como las de Cafetal. Ahora ya ha cambiado de deporte, ya no corre, está más en la bicicleta. Y bueno, en general, sus hermanos de él también eran runners. Así, mi prima nos mete el bichito en un almuerzo familiar y termino enganchado. Ese año, 1998, fui a correr en Nueva York. Me costó muchísimo porque no tenía zapatillas de correr, hice el trayecto con unas zapatillas de fútbol. Me lesioné, sentí fuertes dolores en la rodilla y todo eso también porque no había tenido carreras de menor distancia. Yo no sabía que existía este mundo del running, que ya existía una comunidad fuerte. De repente no había tanta difusión como ahora. Recuerdo que Perú Runners también estaba en esa edición de la Maratón de Nueva York. Era un grupo de locos que se encontraba en la madrugada a correr. Todavía eran pocos y no estaban tan organizados como ahora. También estaban iniciándose, pero ya habían estado en Nueva York. Más allá de todo esto, en ese momento no pensé en engancharme. Es más, tuve una pequeña pausa.

¿Y por qué decidiste detenerte?

Tenía una novia que era un poco bohemia, entonces me exigía salir con ella, pero los viernes tienes que dormir temprano porque el sábado es de fondo, que es la tarea más importante en tu plan de maratón. El fondo es sagrado. Entonces, el viernes te acuestas temprano, comes tu pastita, tu pizza y a dormir. Todo es muy temprano y a mi novia de ese entonces no le hacía mucha gracia. Ella quería ir a tomar unas cervecitas en el mundo normal, por decirlo así. Entonces, después de la Maratón de Nueva York de 1998, la primera 42k que corrí, decidí volver a este mundo normal. Sin embargo, después de un tiempo comencé a engordar y dije no, tengo que volver a la maratón, que, además, me había gustado y sobre todo, cuando estás en el running te puedes dar algunas licencias, puedes ser un poquito más gozador en cuanto a la comida. Se podría decir que encontré rápidamente el equilibrio en el running. Así que retomé todo de nuevo y volví a correr. Un punto adicional es que en ese mes de retorno mi hermano menor también decidir ser runner y empezamos a competir, a viajar bastante, acompañados de un grupo de amigos. Todo era muy lindo, grandes recuerdos, donde nosotros éramos los menores, pues yo me inicié con 21 años y ahora tengo 47 años.

¿En los 90 e inicios del 2000 las comunidades de running estaban integradas más por gente mayor?

Sí. Corrían los tíos. A los jóvenes no les interesaba correr, ahora recién la comunidad como que ha crecido notoriamente en este rango de edades. Sé que también hay muchos chicos que están empezando en esto y va a mejorar el running nacional, habrá mayor demanda, más eventos, más corredores. Incluso hace un tiempo se me ocurrió hacer un programa de TV, pero aún no hay un público amplio. Estamos en ese proceso y también porque en las pruebas de atletismo resistencia, de largo aliento, hay grandes exponentes a nivel profesional. Cristhian Pacheco es bicampeón panamericano. También contamos con Inés Melchor, Gladys Tejeda, campeona panamericana, sigue vigente. Hay una camada de atletas muy buenos como Kimberly García. En realidad, en marcha atlética hay varias chicas que generan mucha expectativa en los torneos internacionales. El atletismo es un estilo de vida, de una vida saludable. Y estas chicas en marcha van a pelear por medalla en los Juegos Olímpicos París 2024. Eso hay que subrayarlo. La gente en el país ha incluido al running como parte de su vida y eso se pudo observar en la Lima 42k. Hubo casi 19 mil runners y creo que estamos en el camino de Argentina.

¿A qué te refieres con acercarnos a lo que se vive en el running argentino?

Pasa que allá la distancia de maratón se separa de la media maratón y de la 10k. Cada una de ellas se realiza en diversas fechas del año porque ya tienen una cantidad fija de participantes. Eso les permite hacer tres eventos diferentes. Nosotros vamos en ese camino. Todavía no sé si estemos para separar todas, pero tal vez la de 10k sola, mientras que la 42k y la 21k juntas. Es importante resaltar que antes, las inscripciones para la Lima 42k se cerraban un día antes, ahora todo se cierra dos meses antes. Entonces, no hay marcha atrás. Solo para recalcar, las grandes maratones, los majors como se les dice a Nueva York, Boston, Chicago, Berlín, Londres y Tokio, reúnen a 50 mil runners. Es una maravilla. Acá con casi 19 mil corredores se sentía un poco el caos, así que se tiene que seguir buscando más opciones, nuevos escenarios.

¿Cuándo se dio este repunte del running en el Perú?

Creo que hay un antes y después en la pandemia pensando en la salud. El estar tanto tiempo encerrado hizo que se despierto algo en las personas, una necesidad de salir temprano, de madrugar, de practicar deporte. Ahora en el morro solar puedes ver gente haciendo trail running, bicicleta. Hay mucha más gente corriendo en la ciudad, está muy linda la cosa. Pasas por el malecón, desde Chorrillos hasta Magdalena o Callao y te cruzas con varios runners. Hay una comunidad muy linda. Por eso creo que no hay marcha atrás. No siento que sea una moda, yo creo que el running ya se afianzó y ahora tocar seguir habilitando espacios públicos, apoyar iniciativas como las de la Avenida Arequipa que se cierran todos los domingos. Hay que repetir eso en otros lugares de la ciudad, darle calidad al aire, a lo que respiramos. Pensar en el deportista, en la salud. Acá hay muchos aspectos, sociales, culturales, deportivo y de salud que se unen en la práctica de una disciplina como el running.

Retomando tu exitosa carrera como runner, ¿cuál es la maratón que más veces corriste?

He repetido muchas carreras acá en el Perú o en la región, pero la que más veces corrí es la Maratón de Nueva York. La hice 16 veces y me he vuelto vitalicio. Yo no me tengo que inscribir en este major, a mí me mandan un link donde ya está todo separado para poder participar. He encontrado un estatus. Tengo muy buenos amigos que me reciben allá, no tengo que gastar en hospedaje o en paquetes de operadores que te brindan participación a la carrera y recorridos turísticos. Yo he hecho eso con la Maratón de Tokio y Londres y es una cosa maravillosa. Pasas experiencias inolvidables. Ahora tengo amigos que tienen 20 o más de 20 ediciones en Nueva York y, sinceramente, yo quisiera alcanzarlos a ellos. Entonces, ahí tenemos otro reto más por cumplir a futuro.

¿Te ves corriendo por mucho más tiempo?

Sí. Es verdad que no es lo mismo correr a mi edad que un joven, pero cuando hay conciencia en el fortalecimiento todo te va bien. Ahora, quién sabe, igual me pasa factura más adelante. Sin embargo, si eres consciente con la preparación, te irá bien. Para mí, el fortalecimiento es clave, no me canso de repetirlo, también la fisioterapia, la alimentación, la calidad de descanso. Antes éramos más rústicos, ahora hay más conocimiento. La ciencia también es un aliado, pues existe unos geles que tienen todo y los puedes usar sin problemas. Cada día puedes prepararte más. En cuanto a la escena deportiva, el fortalecimiento es clave, el fortalecimiento, yo no me canso de repetirlo también, también la elasticidad también en la fisioterapia también la alimentación es alimentación y la calidad del descanso este. Pero antes éramos más rústicos y un poco más bestias. Ahora ahí está todo. En el pasado aprendías a escuchar tu cuerpo, ahora puedes medir tus pulsaciones, saber si estás en zona 1, 2 o 3. Todo esto evoluciona. No te miento que a mí me gusta todavía esas sensaciones rústicas, sigo con la escuela antigua, pero he aprendido a utilizar todos estos mecanismos a mi favor.

¿Y tuviste o tienes runners que los preparas para maratones?

He entrenado a mis primos. Monitoreado en maratones a muchos amigos. Tengo mi pandilla también, un grupo de chicos a los que estoy guiando. Y eso es bonito porque cuando te metes en el proyecto de entrenar, su triunfo es tu triunfo y pasa lo mismo con su fracaso. ¿Te cuestionas en qué fallé, qué cosas puedo replantear para en la próxima salir con todo? De repente, más adelante, me gustaría abrir una escuela, una escuelita para gente que se inicia en el running.

¿Y qué le recomendarías a los nuevos runners?

Yo tuve un inicio complicado. De frente hice la 42k no hice 5k, 10k o 21k. Eso no lo recomiendo. Deben hacer el proceso lento, que vayan de poco a poco subiendo distancia. Gracias a Dios no tuve lesiones, pero siempre eso puede pasarle a las personas que no cumplen el adecuado proceso. Y sabes, las lesiones te desmotivan, así que no lo recomiendo.

Más allá de runner, eres un deportista apasionado. ¿Podrías aventurarte a prácticar otra disciplina deportiva?

En realidad, más allá del trail running, que ya lo conozco, quiero hacer otro deporte que me haga salir de mi zona de confort. Te cuento que también me he metido a una triatlón. Yo ya he hecho un Ironman 70.3 y ahora voy a hacer un Ironman completo, el de 140.6 millas. Va a ser muy duro y voy a prepararme al máximo para cumplir ese loco desafío. Eso sí, te voy a confesar algo. Lo que no me encanta del triatlón es qué pasa si se te revienta la llanta. Tienes que parar, ver cómo te auxilian y no concibo la idea de no llegar a la meta. En ninguna disciplina deportiva. Todo lo contrario sucede en el running o en el trail, donde dependes de ti mismos, más allá de que tus zapatillas u otros implementos deben estar en buen estado. Así que ahora se viene la prueba de País Vasco y de ahí el Ironman completo en Barcelona.

Otra aventura que quiero hacer es la Travesía La Ruta de Olaya. Ojo que no pretendo ser nadador, pero quiero tener ese desafío en mi agenda, el de nadar a mar abierto. No tengo fecha para cumplir este reto, me va a costar porque serán más de 20 km de Chorrillos a La Punta, pero lo tengo en la mira. Soy pretencios y no usaré aletas ni ningún equipamiento. Lo haré como Olaya. Con estos tres desafíos que te he contado voy a estar muy entretenido.

¿De igual forma correrás maratones?

Igual voy a seguir haciendo mis maratones. La gente pensaba que iba a colgar las zapatillas. Para nada. Yo quiero morir curzando la meta de una maratón, suena feo o hasta irrespetuoso, pero pienso de esa forma. Ahora también toca buscar auspiciadores para estos nuevos retos. Le doy las gracias a Nike por todo el apoyo que me ha brindado, tener a esta gran marca me da un espaldarazo tremendo. Al principio tocaba puertas y nada porque yo no soy un corredor que gana carreras y tenía que tener un speech que me ayude a cumplir mi proyecto, el de las 100 maratones. Así me topé con una chica que no voy a decir el nombre, que trabajaba en Nike, y ella fue la que me dijo “vamos con tu proyecto”.


Sigue el , en donde encontrarás todas las claves del deporte del día.

TE PUEDE INTERESAR




TAGS RELACIONADOS

Contenido Sugerido

Contenido GEC