Lionel Scaloni no es precisamente el Lionel que todos quieren en Argentina; sin embargo, hay algunos jugadores que lo llevarán siempre en la memoria. Lucas Martínez Quarta es uno de ellos, ya que el defensor de River Plate disputará su primer partido con la camiseta ‘albiceleste’ gracias a la oportunidad que le está dando el que era entrenador interino y ya fue confirmado como oficial hasta Qatar 2022.
No es tan joven. Ya tiene 23 años, pero los vaivenes del deporte lo habían dejado en el limbo de si realmente era una futura estrella para la defensa de su país. Es central, por si no lo dije. Y es que a los 20, cuando empiezas a tener una idea acerca de tus aspiraciones futbolísticas, MQ –así le llaman ahora– no jugaba ni en la Reserva de su equipo, ya que las lesiones (fractura en el peroné de la pierna derecha) y recuperaciones tardías lo habían apartado de la regularidad.
Lo que no se podía recriminar en ese momento era su paciencia. Sin minutos fue Luigi Villalba, su entrenador en ese momento, quien lo animó a seguir. “Espera seis meses más y luego ves”, le dijo (lo cuenta Diego Borinsky en El Gráfico) y no se equivocó. En noviembre de ese mismo año; es decir, 2016, todos sus fantasmas se fueron de golpe: empezó a entrenar con el primer equipo, entró en la nómina de Marcelo Gallardo y debutó ante Olimpia en un partido donde el ‘Muñeco’ le dio la oportunidad a jóvenes promesas ¿Algo más? Sí, aquel día anotó.
Eso, obvio, no le bastó. Un mes después sería titular en la final de Copa Argentina, donde hizo realidad un sueño: ser campeón con el equipo de toda su vida. La maquinita empezaba a carburar y, aunque a veces los caminos estén llenos de baches, nada le impidió estar convencido de que todavía podía llegar a la cima.
El doping no lo frenó
Un diurético (hidroclorotiazida) tras un partido de Copa Libertadores en el 2017 lo alejó de la canchas por siete meses. “Ya ni pienso en ello”, le dijo al diario La Nación en agosto de este año. Y bueno, tiene razones para no hacerlo. Un tatuaje en el cuádriceps de su pierna derecha lo define en una palabra: RESURGIR.
En la histórica final ante Boca, en La Bombonera, Gallardo sorprendió y lo puso de titular en una línea de tres que nadie esperaba (ni él, ya que se enteró tres días antes). A veces hay que estar preparado para todo y Martínez Quarta no tenía dudas de que iba a aprovechar su momento. Incluso casi anota de cabeza, algo que habría inflado aún más su sueño.
“Fue algo único que va a quedar en la historia del club”, agrega cuando piensa en ese último título continental conseguido por el ‘Millonario’. Eso; sin duda, le dio la confianza necesaria para que, menos de un año después, anote uno de los penales con los que River venció a Cruzerio en octavos de final de la misma Copa Libertadores.
El ‘Chino’ tiene una carrera que parece no tener freno. Un camino que, en su momento, pareció estar estancado, pero que años después confirman que solo fue un bache que se tenía que superar. En este 2019 ya es uno de los fijos para Gallardo, quien le ha dado la continuidad necesaria (ha disputado 32 partidos entre Torneo de Verano, Superliga, Copa Argentina, Copa de la Superliga y Copa Libertadores) para que pueda dar ese salto que lo confirme como el sucesor de Jonathan Maidana, a quien alguna vez señaló como un referente en su puesto.
Un puesto que alguna vez no fue suyo
Jorge Olguín, un profesor del jardín donde estudiaba, le vio cualidades para el fútbol con solo cuatro años. Ahí empezó su camino con la pelotita. Primero en el Club Urquiza, al cual le recomendaron a su madre, para después pasar por Argentinos del Sur y Kimberley. Catorce años más tarde, ya con 16, es que River Plate le cambiaría la vida.
Habiendo jugado desde sus inicios como volante de primera línea, recién llegado al cuadro riverplatense fue que Daniel Messina le vio las características necesarias para ser líder en la zaga. Así es que se transformó en lo que ahora es y por lo que Lionel Scaloni decidió llamarlo para reforzar a la selección argentina.
La convicción fue tan fuerte para Lucas que, desde que empezó a jugar como defensor, se vio en los ojos de Sergio Ramos, a quien considera un ídolo en esto del fútbol. Y al español, que a diferencia del argentino empezó como lateral derecho, lo conoció en el Mundial de Clubes del 2018. Lamentablemente no pudo disputar la final contra él, pero sí que se ganó con una pequeña sorpresa por parte del capitán del Real Madrid.
En el acto de premiación del torneo, MQ se acercó al andaluz para pedirle una foto y Ramos no solo acepto, sino que también le regaló una camiseta del cuadro ‘blanco’ con la ‘4’ en la espalda. Un nuevo sueño, aunque seguro este un poco menos potente, se hacía realidad en la vida del ‘Chino’, al que ya no le queda más que seguir alzando su carrera en busca de mayores glorias constantes.
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