En los campos de balompié, donde las pasiones y emociones afloran, se tejen historias únicas y sorprendentes. Una de ellas es la de Darío Dubois, un futbolista argentino que destacó por su singularidad y extravagancia al pintarse su rostro al estilo de un músico de black metal antes de cada partido. Aunque nunca alcanzó la primera división, su fervor por el ascenso, sus convicciones y su trágica muerte lo transformaron en una auténtica leyenda del deporte rey.
Nos situamos en los últimos años de la década del 90, un período en el cual la presencia de Dubois en los estadios de fútbol era imposible de pasar por alto, a pesar de la liga en la que participaba y las pésimas condiciones de los terrenos de juego en los que tuvo que desempeñarse.
Portaba una melena larga y rizada, y tenía el rostro maquillado, evocando la imagen de un miembro de la famosa banda KISS. Ese era Darío, a quien se le reconocía como un desafiante de las normas establecidas, un combatiente contra los prejuicios y las etiquetas impuestas por la sociedad.
No obstante, su historia se inicia en un pasado más distante, y la causa de por qué aplicaba maquillaje económico en su rostro, un obsequio de su novia, se entrelazaba con otras peculiaridades que caracterizaron su vida antes de su retirada del fútbol y su desenlace trágico.
¿Quién fue Darío Dubois, el ‘futbolista metalero’?
Darío Dubois nació en Buenos Aires en 1970 y desde niño manifestó interés tanto por el fútbol como por la música. Desarrolló sus habilidades como defensa central y su trayectoria arrancó en Yupanqui en 1994, antes de enfundarse en diversas camisetas de clubes pertenecientes al ascenso en Argentina.
Siguiendo esa línea, tuvo etapas en Atlético Lugano (1995-97 y 2001), Ferrocarril Midland (1998-99 y 2001/02), Deportivo Riestra (1999-2000), Laferrere (2000), Cañuelas (2001) y Victoriano Arenas (2002-05). No obstante, Dubois estaba lejos de ser un futbolista ordinario.
¿Por qué Darío Dubois se pintaba el rostro para jugar futbol?
Apasionado seguidor de la banda KISS, un grupo estadounidense, así como del género musical black metal, que es una rama extrema del heavy metal, conocida por su estilo visual oscuro, Darío optó por unificar sus dos grandes amores, dando inicio a la práctica de maquillarse el rostro, además de que buscaba intimidar a sus rivales.
Fue durante 1999, cuando defendía los colores del Midland y se preparaba para enfrentar a Argentino de Merlo, que Dubois dio comienzo a su peculiar costumbre de pintarse la cara. Continuó con esta práctica hasta 13 partidos más, hasta que la Federación Argentina le prohibió seguir haciéndolo.
“Me gusta mucho el black metal, me siento identificado y por catorce fechas me pinté la cara de esa forma porque me da más energía, lo hago en el fútbol, y en la música, porque también trabajo como músico. (...) Los chicos creen que es una payasada, pero para mí no”, manifestó en una entrevista.
“El fútbol es increíblemente fascista, desde los dirigentes, el cuerpo técnico, hasta algunos jugadores, entonces lo hago para incomodarlos. Al final, terminaron haciendo una ley en el fútbol que me prohibía pintarme para salir a los partidos, y entonces dejé de hacerlo. (...) Creo que por mi culpa pusieron esa ley”, agregó.
Darío también ganó notoriedad por otras excentricidades. Esto incluía llevar gafas de sol mientras estaba en el banquillo, ensuciar su camiseta como forma de protesta contra un patrocinador moroso y, en una ocasión, desnudarse en pleno campo de juego para celebrar una victoria.
¿Qué repercusiones tuvieron las actitudes de Darío Dubois?
Las acciones de Dubois no pasaron inadvertida para los medios de comunicación, que lo bautizaron como ‘el Kiss del fútbol’ o ‘el futbolista metalero’. Sus imágenes con el rostro maquillado se propagaron rápidamente en la sociedad argentina.
Atajo la mirada tanto de los seguidores del fútbol como de los amantes del género musical metal. Darió emergió como un personaje mediático y controvertido, recibiendo tanto admiración como críticas por parte del público.
El triste final de Darío Dubois
A lo largo de su carrera, Dubois participó en 146 encuentros y logró anotar 13 goles, una cantidad respetable para un defensa. Sin embargo, tuvo que retirarse en 2005, cuando jugaba en Deportividad Paraguay, un equipo de la Primera D, debido a la imposibilidad de financiar una operación de rodilla tras una lesión en los ligamentos cruzados,
Posteriormente, en el 2008, a la edad de 38 años, Darío fue víctima de un asalto en su vecindario, donde recibió dos disparos. Este incidente ocurrió después de que Dubois abandonara un concierto en el que estaba trabajando como técnico de sonido.
Los agresores le robaron su teléfono celular, mochila y bicicleta. Su fallecimiento conmovió profundamente tanto a la comunidad futbolística como a la comunidad metalera, quienes perdieron a uno de sus representantes más inusuales y apreciados.
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