Cuesta creerlo aún. El exfutbolista argentino Diego Armando Maradona, considerado uno de los mejores futbolistas de la historia, falleció este miércoles 25 de noviembre a los 60 años tras sufrir una parada cardiorrespiratoira en su casa de la localidad de Tigre. Sus últimos días estuvieron marcados por varias recaídas de salud y bajones anímicos.
Maradona seguía conviviendo en su nuevo hogar de Tigre con una enfermera que lo monitoreaba las 24 horas, realizaba ejercicios con su kinesiólogo para mejorar la motricidad, estaba rodeado por su círculo íntimo y recibía la visita asidua de sus hijos, principalmente Gianinna y Jana, revela el diario ‘Clarín’.
En los últimos días, señala el medio argentino, vieron muy mal a Diego, muy ansioso. Incluso había recuperado fuerza la idea de un viaje a Cuba para continuar con la recuperación en la isla.
En la víspera de su cumpleaños 60, los médicos que lo atendían contaron que nada motivaba a Maradona. Es más, volver al trabajo como entrenador de Gimnasia ya no se veía tan lejana. Aparecía como un incentivo aconsejado por los propios doctores.
“Quizá pueda ir a algún partido del equipo o al entrenamiento una vez por semana, cuando hacen fútbol”, advertían.
Y hoy por la mañana, alrededor de las 10 de la mañana (hora local) comenzó a encontrarse mal. A su casa acudieron cuatro ambulancias pero no lograron reanimar al exfutbolista.
Contenido GEC