A pocos días de la final de la Copa Libertadores 2025, Lima volvió a convertirse en el centro del fútbol sudamericano. Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol, arribó al país para sostener una reunión con el presidente José Jerí en Palacio de Gobierno, con el objetivo de afinar los últimos detalles de un evento que promete paralizar al continente. Sin embargo, más allá de la organización, el dirigente paraguayo también abordó temas que podrían marcar el futuro del fútbol en la región y en el mundo.
Durante su diálogo con RPP, Domínguez aseguró que la capital peruana siempre fue la sede confirmada para la gran final entre Palmeiras y Flamengo, despejando cualquier tipo de rumores sobre un posible cambio de escenario. “Siempre estuvo firme, en ningún momento estuvo en duda”, señaló, destacando además el compromiso del Gobierno y de la Federación Peruana de Fútbol para garantizar un espectáculo de primer nivel.
El dirigente también reveló que la venta de entradas avanza a gran ritmo y que Lima recibirá una importante cantidad de visitantes extranjeros. Según sus palabras, más del 80% de las localidades ya están vendidas, lo que significa la llegada de al menos 60 mil aficionados foráneos. “Será una verdadera fiesta del fútbol, tanto para los hinchas que vienen de Brasil como para los peruanos que asistirán al estadio”, comentó.
Respecto al encuentro entre Flamengo y Palmeiras, Domínguez adelantó que será un duelo histórico entre los dos clubes más poderosos de la actualidad en Sudamérica. “Estén expectantes, porque uno de ellos se convertirá en el primer equipo brasileño en ganar cuatro veces la Copa Libertadores”, afirmó, alimentando la expectativa de los fanáticos de ambos equipos.
Sin embargo, una de las declaraciones que más llamó la atención fue la referida a las propuestas para llevar futuras finales de la Copa Libertadores fuera del continente. El presidente de la Conmebol reconoció que existen ofrecimientos formales desde otros países, aunque aclaró que por ahora no se ha discutido el tema a fondo. “Hay países interesados, pero aún no entró en una discusión seria. Por ahora, el privilegio lo tiene Lima”, subrayó.

Cabe recordar que en 2018, la final entre River Plate y Boca Juniors se jugó en Madrid tras los incidentes en Buenos Aires, un antecedente que abrió la puerta a nuevas posibilidades. No obstante, Domínguez dejó claro que la prioridad de la Conmebol sigue siendo mantener el torneo en Sudamérica, tierra de su historia y tradición.
¿Un nuevo formato para el Mundial?
El presidente también aprovechó su visita para referirse al futuro del fútbol mundial, especialmente con miras al Mundial 2030, que celebrará el centenario del torneo. En esa línea, propuso ampliar el número de selecciones participantes a 64, una idea que, según él, permitiría incluir a más países y hacer del evento algo realmente global.
“El Mundial de los 100 años no puede ser uno más. Tiene que ser distinto, histórico. Por eso creemos que debe abrir las puertas a más países y ofrecer un formato más accesible. En términos logísticos y de calendario, 64 equipos es más cómodo que 48”, explicó el máximo dirigente del fútbol sudamericano.
De esta manera, Alejandro Domínguez cerró su visita a Lima reafirmando el compromiso de la Conmebol con el Perú y con la realización de una final que promete quedar en la historia. Mientras tanto, las delegaciones de Flamengo y Palmeiras llegarán al país a partir del miércoles 26 de noviembre para iniciar su concentración previa al choque decisivo en el Estadio Monumental.
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