El Barcelona ganó este domingo la Copa del Rey al vencer 2-0 en la prórroga de la final al Sevilla en un sufrido partido en el estadio Vicente Calderón de Madrid, una semana después de haberse proclamado campeón de la Liga española.
Jordi Alba marcó el primer tanto azulgrana de tiro cruzado en el minuto 97, mientras que Neymar hizo el segundo en el 120+2, para permitir al Barça conseguir su 28ª Copa y firmar el 'doblete' Liga-Copa en este cierre del curso.
La expulsión del central argentino del Barcelona Javier Mascherano cerca del fin de la primera parte (35), permitió el dominio del Sevilla en la segunda mitad, pero la subsiguiente exclusión de su compatriota sevillista Éver Banega (90+2) equilibró las fuerzas de cara a la prórroga.
Nada más iniciarse la prolongación, Leo Messi dio un pase largo a Jordi Alba, que se fue en carrera por la izquierda para soltar un tiro cruzado que se coló en el segundo palo de la portería defendida por Sergio Rico (97).
En la prórroga, los sevillistas, que venían de ganar la final de Europa League el miércoles, acusaron el derroche físico hecho durante el partido, lo que permitió al Barcelona retomar un control, que apenas había ejercido durante los 90 minutos del partido.
Los sevillistas no se rindieron y siguieron buscando la igualada, pero el cansancio pasó factura y el equipo incluso se quedó con nuevo en los instantes finales, por la segunda amarilla al portugués Daniel Carriço (120+1).
Fue un reanimado Barcelona el que rubricó la victoria con un segundo gol de Neymar.
El brasileño aprovechó un nuevo pase del Messi para soltar un tiro que se coló en la portería de Rico (120+2) y hacer al Barcelona un poco más "rey de Copas".
Barcelona. Ter Stegen; Alves, Piqué, Mascherano, Jordi Alba; Busquets, Rakitic, Iniesta; Messi, Neymar, Luis Suárez.
Sevilla. Rico; Mariano, Carriço, Rami, Escudero; Banega, Krychowiak, Coke, Vitolo, Iborra y Gameiro.
El partido llega para los dos conjuntos en un momento álgido, especialmente de ánimos, y quizá más para el de Unai Emery, que entrará en el Vicente Calderón mañana a las 21.30 horas como vigente campeón de Europa, torneo que el miércoles alzó por quinta vez en su historia, y el tercero de forma consecutiva.
Esto hace que Sevilla, que aplazó la celebración hasta el próximo lunes para preparar su nuevo duelo con el todopoderoso Barcelona, afronte con el ánimo por las nubes su octava final de Copa, pero también puede pasarle factura el desgaste físico sufrido en Basilea para remontarle y ganarle al Liverpool por 3-1.
Será el cuarto enfrentamiento esta temporada entre ambos equipos, que cierran el curso de la misma forma que lo abrieron, cuando en un choque memorable se jugaron a una carta en Georgia la Supercopa de Europa, trofeo que se fue a las vitrinas del equipo catalán gracias a un tanto de Pedro Rodríguez en la prórroga (5-4) forzada por los hispalenses tras enjugar tres goles de desventaja, del 4-1 al 4-4.
Ha llovido mucho desde entonces, hasta el punto de que el Barcelona ha reeditado el título liguero y el Sevilla ha ampliado su mística europea, convirtiéndose en el equipo referencia en el segundo torneo más importante de clubes en el viejo continente.
La final de la Copa del Rey los ha reencontrado de nuevo en un partido inédito, ya que nunca antes en este centenario se habían medido, aunque sí, en cambio, en doce ocasiones en eliminatorias anteriores, con un balance favorable al Barcelona, que pasaron ronda en ocho ocasiones, por cuatro del club del barrio de Nervión.
Después del triplete del año pasado, el Barcelona busca en éste un doblete que complemente a la Supercopa de Europa y al Mundial de Clubes que ya ganaron antes de 2016 los pupilos de Luis Enrique, que acude a la final con su equipo en un estado inmejorable, tras haber completado un final de temporada con dos ritmos totalmente opuestos.
Mientras en el primero llegó a comprometer su liderato, hasta el punto de que la diferencia de goles le ayudó a agarrarse al primer puesto a falta de cinco jornadas tras perder once puntos en cuatro partidos, fue en los cinco últimos encuentros ligueros donde explotó como parecía que no iba a volver a hacerlo y firmó un quince de quince, con un balance de goles de 24 a favor y ninguno en contra.
Con estas cifras acude el Barcelona al Calderón para la final de la Copa del Rey a presentar batalla a un Sevilla que, con 13 títulos ganados en toda su historia – 9 en una última década "prodigiosa", incluido ya su quinto de la Liga Europa del miércoles -, bajó el pistón en el tramo final de la Liga para centrarse en las dos finales que tenía por delante.
Y el conjunto de Unai Emery, al que históricamente siempre se le dio mal el Barcelona hasta que en octubre pasado le ganó por primera vez (2-1 en la primera vuelta de la Liga), sacó lo mejor de sí en Basilea, precisamente lejos del Sánchez Pizjuán, después de que en esta liga fuera el único equipo que no ganó ni una vez como foráneo.
La propuesta de Luis Enrique para la final no va a variar mucho, especialmente en el once, pues se espera el equipo de gala con la única duda, poco posible, de que el meta chileno Claudio Bravo, ya recuperado, pudiese arrebatarle la titularidad al cada vez más seguro Marc ter Stegen.
El Barcelona sabe que no va a tenerlo fácil ante un Sevilla que ya le ganó en la primera vuelta de la Liga, precisamente en el primer partido en el que Messi estuvo ausente por lesión.
El control del centro del campo, una vez más, será donde se resuelva la clave del partido, pues si los azulgrana son capaces de serenar a su rival y empujarlo hacia su campo, parece poco probable que la dinamita que tiene delante, con Messi, Suárez y Neymar, autores este año de 130 goles, no acabe marcando.
Además, el Barcelona ha dejado su portería a cero en los últimos cinco partidos a cero, gracias en parte a ajustes con los que Luis Enrique ha corregido aspectos que hacían a la zaga algo vulnerable.
Por su parte, el Sevilla, hasta hace una década históricamente huérfano de finales, afronta con todo lo que tiene la del Calderón, con su máxima ilusión, para luchar por conquistar su sexta Copa del Rey – la última la ganó en 2010 al Atlético en el Camp Nou -, y además tendrá el apoyo de unos 20.000 sevillistas que ansían el doblete.
El técnico vasco, que está haciendo historia en el Sevilla, da la vitola de favorito al súper campeón Barcelona, pero esto puede encerrar un poquito de "trampa" porque también ha advertido que a su equipo y al sevillismo no le "gana nadie en ilusión".
Tiene bajas notables para la final. Están lesionados el galo Tremoulinas y el danés Krohn-Dehli, y sancionados por sendas 'meteduras de pata" el defensa francés Kolodziejczak y el medio N'Zonzi por protestas al árbitro en liga y en la semifinal de Copa en Vigo, respectivamente.
Lo más seguro es que repita el once que ganó la Liga Europa al Liverpool con dos cambios: la vuelta a la portería del internacional Sergio Rico por David Soria, que ha sido el titular en Europa; y la entrada por N'Zonzi de Vicente Iborra, que podría jugar en la media punta y Éver Banega retrasar su posición al medio campo, o bien del uruguayo Cristóforo, y en ese caso el argentino jugaría de enganche.
Sevilla. Sergio Rico; Mariano, Rami, Carriço, Escudero; Krychowiak, Iborra; Coke, Banega, Vitolo; y Gameiro.
Barcelona. Ter Stegen; Alves, Piqué, Mascherano, Alba; Rakitic, Sergio Busquets, Iniesta; Messi, Suárez y Neymar Jr.
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