Muchas veces me pregunto qué pasaría si los goles que marca Messi los marcara otro jugador. Seguramente, muchos de ellos serían el mejor gol de toda su carrera. Pero en el mundo Messi, lo extraordinario es ordinario. Y además, no se cansa de recordarlo. Ayer, con otros dos golazos que se fueron directos a su museo particular pero que no se cuelan ni entre los 50 mejores de su vida, genialidades solo al alcance de un superdotado del balón como él.
A veces pienso que me hago repetitivo alabando su figura, pero es que lo que nos da día sí día también, es demasiado. Messi sigue agrandando su leyenda convirtiéndose, de paso, en el primer jugador de la historia de LaLiga en marcar más de 20 goles en 13 temporadas consecutivas. Otra locura. Y por eso –y también por la remontada en juego y resultados de los de Koeman, en parte gracias al buen estado de forma de Messi– el culé ya sueña con el doblete en una temporada de transición de la que no se esperaba nada. Con Messi y este Barça, ya todo es posible.
ADRIÀ COROMINAS
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