Se acabó la Liga para el Barcelona, que ha terminado la competición con 82 puntos, su cifra más baja desde la temporada 2007/08, pero que recupera sensaciones de cara a la Champions del mes de agosto después de endosarle una manita al Alavés. Curiosamente, no ha sido hasta esta última fecha, ya sin nada en juego, que han conseguido su mayor goleada de la temporada.
El partido, con pocos alicientes, sirvió para ver la versión más relajada del Barça, que sin presión ayudó a Messi a conseguir su séptimo trofeo de máximo goleador de la Liga, nuevo récord de la competición y que vuelve a dejar en evidencia que su regularidad está fuera de alcance. También sirvió para confirmar que Riqui Puig llegó para quedarse. El canterano catalán cuajó otro gran partido en la sala de máquinas del conjunto blaugrana, guiando al equipo con su entrega y dando dos asistencias de gol que lo convierten en el jugador más joven del Barça (20 años y 341 días) en hacerlo en un mismo partido de Liga después de Thiago Alcántara, que hizo lo mismo ante el Villarreal con 20 años y 140 días en agosto de 2011. Unos años más tarde, con el medio campo repleto de jugadores de talento, el hispanobrasileño salió dirección a Munich. Esperemos, por el bien del club y del fútbol, que el futuro de Riqui no tenga que ser el mismo, porque con él, Ter Stegen, De Jong y Ansu se vislumbra un futuro brillante. Solo hace falta tomar buenas decisiones para generarles un buen contexto y, para ello, no hay mejor opción que la cantera.