Dani Alves no deja de hacer noticia. A pesar de que se encuentra en prisión desde finales de 2022, acusado del delito de violación sexual a una mujer de 23 años en una discoteca en la ciudad de Barcelona, el futbolista brasileño sigue dando que hablar. Esta vez, su nombre figura en un caso de ‘tráfico’ de camisetas del FC Barcelona que tiene lugar en la cárcelo de Brians 2. Desde su ingreso al centro penitenciario, el negocio se ha cuadriplicado dada su enorme popularidad que tiene.
Según ElCaso.com, hay un ‘tráfico’ de camisetas del Barcelona firmadas por el exlateral derecho. Para que esto pueda ejecutarse hay una figura central que es la de un preso, con previa autorización, que se ocupa de recoger las playeras del conjunto blaugrana que llegan provenientes de los envíos de las familias o bien a través de mensajerías.
Este preso entonces, según el citado medio, lo que hace es llevarlas al módulo 13 y es ahí donde entra en escena el reconocido exfutbolista al firmarlas. Luego, el interno las vuelve a repartir por cada pabellón y se distribuyen hacia amigos o familiares de los presos.
Todo esto, claro, tiene un costo: el preso a cargo de la gestión cobra una comisión por cada camiseta que ‘trafica’, ya sea con paquetes de tabaco u otros productos. El medio asegura que desde que llegó Dani Alves los pedidos de camisetas de fútbol se “cuadruplicaron”.
El pasado 21 de febrero se ha decidido que Alves permanezca en prisión preventiva y sin fianza por haber violado presuntamente a una joven en una discoteca de Barcelona el pasado 30 de diciembre. Según los magistrados de la sección tercera de la Audiencia de Barcelona, existe un “elevado riesgo de fuga” y “severos” y “diversos” indicios de criminalidad, por lo que han desestimado de esta manera el recurso de apelación.
En su resolución, la sala dice compartir tanto con la Fiscalía como con la acusación particular que representa a la joven, de 23 años, que persiste un “elevado riesgo de fuga” del jugador, debido a su “capacidad económica abultada” lo que le permitiría, esgrimen los magistrados, “abandonar España en cualquier momento”.
A este riesgo de fuga se suman, dice el auto, otros dos factores: la elevada pena que podría serle impuesta y los “diversos” y “severos indicios de criminalidad” que hay contra del brasileño en esta fase de instrucción del proceso judicial, que se halla ya en fase muy avanzada.
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