ADRIÀ COROMINAS [@adriacat]
Se acabó el año para el Barça con un triunfo que no solo le sirve para continuar puntero en la tabla, sino también para completar la hazaña de terminar el 2019 sin perder en casa. De los 28 partidos que ha jugado en el Camp Nou, 24 victorias y solo 4 empates con una media de 3 goles a favor. Nos tenemos que remontar hasta el 11 de noviembre de 2018 para encontrar la última derrota. Fue contra el Betis (3-4) con un gol, curiosamente, de la última incorporación del conjunto blaugrana, Junior Firpo.
Ayer, el Alavés no fue rival. Intentó que el partido fuera lento, que pasaran pocas cosas, pero enseguida el Barça se mostró muy superior. Tanto que, como ya es costumbre, se durmió y envenenó el duelo. Pero solo fue un espejismo. En parte, gracias a Griezmann, cada vez más ajustado al equipo y con más sintonía con Messi. El francés, que se está especializando en anotar el primer gol del partido, marcó su séptimo gol en Liga, 6 de los cuales han servido para abrir la lata rival. El campeón del mundo sigue jugando con más revoluciones que el resto, quizá porque sabe que después de su polémico fichaje, aún debe trabajar mucho para ganarse el corazón de una afición tan exigente como la blaugrana.
Para el 2020, esperemos que tanto él como sus compañeros vuelvan con energías renovadas no solo para afrontar los grandes retos que tienen por delante sino también para regalar grandes días de fútbol como aquél Barça que ganó todos los títulos posibles hace precisamente 10 años.
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