Memphis Depay: el ‘oasis solitario’ en ese desierto llamado Barcelona

El atacante neerlandés tiene una difícil responsabilidad en el cuadro azulgrana: liderarlos tras la partida de Lionel Messi. ¿Será capaz de cumplir tremendo reto?
Antes de llegar al FC Barcelona, Memphis Depay jugó en el PSV Eindhoven, Manchester United y Olympique de Lyon. (Foto: AFP)

Siempre es complicado descubrir la personalidad de un futbolista. Más allá de cómo se puedan desenvolver dentro del campo, hay determinadas facetas que se mantienen en los límites de la privacidad para ser descubiertas a cuentagotas. Sin embargo, es irreverente hasta para mostrarse ante los ojos del mundo sin regirse bajo esas reglas. Tiene un yoísmo muy especial en el que quiere ser el centro de todo, pero intercalando las descripciones entre su talento para el fútbol y el bien preciado de la palabra. Hoy es jugador del , pero dentro de todo eso, es un ser complejo que no quiere ser visto como uno más.

Después de recuperar su nivel en el Olympique de Lyon, Memphis Depay fichó por el Barcelona por dos temporadas. (Foto: Agencias)

El peso de los cambios

Antes de que patear una pelota sea la definición primigenia de su vida, Memphis Depay (Moordrecht, Países Bajos, 13 de febrero de 1994) pasó por múltiples transformaciones debido a la difícil vida que le tocó. Cuando niño, para él no fue sencillo ir a clases y convivir con el prejuicio de ser ‘el hijo de nadie’ debido al abandono de su padre de origen ghanés. Su madre, con ese calor neerlandés tan particular, lo protegió dentro de un hogar donde era un desconocido al lado de su padrastro y sus hermanastros. Por tal motivo, desde que su nombre explotó en los diarios deportivos neerlandeses prefirió que lo llamasen Memphis a secas.

Años después, entrecruzando su papel de futbolista con la de cantante de rap, describiría su vida en la canción ‘For a Week’ diciendo “Really come from nothing / Now we in the hills” (“vengo de la nada, ahora estoy en la cima”). Provocador o no, se encargó de retratar en unas cuantas líneas el camino que siguió para llegar a la élite del fútbol sin que nadie le regalara nada.

Si no fuese por el balón, escapar de Moordrecht no hubiera sido posible. Ese esférico inexplicable, pero que es capaz de darle sentido a millones de vidas alrededor del mundo, le dio a la suya la resiliencia suficiente para salir de Rotterdam sin rastro alguno de esa delincuencia que tanto lo persiguió hasta encaminarlo directo a Eindhoven. El PSV fue su nuevo hogar y a la vez el cobijo que tanto necesitaba para incubar su talento hasta que llegue el momento de eclosionar frente a aquellos neerlandeses que estaban en busca de alguien a quien admirar.

Memphis Depay levantó tres títulos con el PSV Eindhoven. (Foto: EFE)

Memphis no tardó mucho en asimilar su nuevo rol y explotó en solo cuatro temporadas: 50 goles y 29 asistencias en 124 partidos, además de tres títulos (Copa, Supercopa de Países Bajos y Eredivisie). Por si fuera poco, sus 20 años no la fueron excusa para que Louis van Gaal no contase con él para la Copa del Mundo de Brasil 2014, torneo donde obtuvo el tercer puesto marcando dos goles en cuatro encuentros.

Turbulento paso por Inglaterra

Ya era un hecho: había dejado de ser aquel fugitivo de Moordrecht para convertirse en una estrella. En su canción ‘2 Corinthians 5:7’ lo describió perfectamente: “They wanna know where the lion is / I’m in the jungle where the lions at / Young lion in Mufasa’s seat” (“Quieren saber dónde está el león / Estoy en la jungla donde están los leones / Un león joven en el trono de Mufasa”). Ferviente admirador de las películas de Disney, Memphis no iba a perder la oportunidad de sentirse Simba en una jungla tan especial llamada fútbol.

El primer reto del escalafón fue el Manchester United, club donde se reencontró con Louis van Gaal con la intensión de maximizar en la Premier League todo lo que había mostrado en la Eredivisie. Sin embargo, como Simba en ‘El Rey León’, le tocó vivir en el exilio luego de no soportar el peso de la corona en forma de una camiseta con el dorsal ‘7’, un número histórico al que no supo rendirle honores. Frente al espejo quiso mirarse como George Best, Éric Cantona, David Beckham o Cristiano Ronaldo, pero terminó abrazando la suplencia antes que enamorar a las tribunas de Old Trafford. Ni la llegada de José Mourinho le sirvió para recuperar su mejor versión.

En las dos temporadas que estuvo en el Manchester United, Memphis Depay no logró revalidar el nivel que tuvo en el PSV Eindhoven. (Foto: Agencias)

El incidente que sirve como metáfora para describir su por Inglaterra, es el accidente que provocó durante su primera temporada al estampar uno de sus Mercedes contra una granja en Cheshire, al sur de Merseyside. Un tractor tuvo que rescatar su coche, lo cual no evitó que la prensa amarilla británica hiciera escarnio de su nombre con cómicas portadas.

Un león en busca de un trono

Memphis necesitaba un bote salvavidas para salir del Manchester United y recuperar aquella confianza que había perdido tras la degradación que recibió de los técnicos que lo tuvieron. Su acercamiento a la Biblia fue el punto de quiebre para que entendiera que, si bien no podía ser Simba en un reino donde el único rey es un argentino, en sus manos estaba la posibilidad de recuperar el rumbo de su carrera.

Se subió a un avión y aterrizó en Francia para fichar por el Olympique de Lyon, equipo donde además de encontrar un ecosistema óptimo para volver a ser el del PSV, le permitió tomarse un respiro a tal punto que se dio el tiempo para publicar un libro autobiográfico: ‘Heart of a Lion’ (‘Corazón de León’). En él confesó sus miedos, anhelos y deseos más profundos, así como sus principales ambiciones. “A los 25 años no he llegado ni a la mitad de lo que quiero lograr. Conquistaré montañas cuya altura ni siquiera conozco todavía”.

En el Stade des Lumières volvió a demostrar aquellas credenciales que alguna vez lo llevaron a la Premier League, y ni siquiera una rotura del ligamento cruzado anterior lo privó de sentirse libre, como un león dueño de su propia jungla: anotó 76 goles y sirvió 46 asistencias en 177 partidos, registros que le contribuyeron a que el Olympique de Lyon dispute las semifinales de la Champions League 2019-20 después de diez años.

El destino, al que siempre manejó a su antojo, le puso un nuevo reto para este 2021: ser el líder de un equipo en escombros. El FC Barcelona, tras la partida de Lionel Messi, se quedó huérfano de esa magia instintiva que es capaz de resolver cualquier problema. Memphis no será la solución inmediata, pues a veces parece ser el ‘oasis solitario’ de un desierto de donde ni el propio técnico Ronald Koeman es capaz hacer brotar un poco de fútbol.

Él es consciente de que su fútbol tiene algo especial. No obstante, deberá acostumbrarse a convivir con un clima de alteraciones constantes y que lleva una tendencia más cerca a la turbulencia que a la tranquilidad. Si la corriente termina jalándolo a lugares infelices, probablemente tendrá que escribir nuevos temas para su vida. El FC Barcelona, un club en reparación y con parches inconexos, será la jungla elegida para un león que hace rato está buscando un trono a su medida.

Tras la partida de Lionel Messi al PSG, Memphis Depay es el llamado a liderar al FC Barcelona. (Foto: AFP)

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