Barcelona cayó 2-0 ante Real Madrid, y perdió el liderato de LaLiga Santander. (Foto: Getty Images)
Barcelona cayó 2-0 ante Real Madrid, y perdió el liderato de LaLiga Santander. (Foto: Getty Images)

ADRIÀ COROMINAS [@adriacat]

Pasan los años, cambian los entrenadores, pero el Bernabéu parece que se ha convertido no solo en el jardín de Messi sino también en el jardín del . El argentino, que no estuvo fino, ha firmado grandes exhibiciones en territorio enemigo, siempre en compañía de un juego coral con el que ayer, otra vez, dominó el partido de inicio a fin. Eso sí, en el fútbol hay una norma no escrita: quien perdona, lo paga.

Con Setién al mando, volvieron a ir a la casa blanca con ganas de seguir con la dinámica positiva de los últimos años y salieron al campo con una idea clara, atrevidos y llevando el partido hacia donde querían.

Los catalanes hicieron lo que tocaba, jugar con los nervios del conjunto blanco, que llegaba con dudas después de perder el liderato de la Liga -que les duró poquísimo otra vez en favor del Barça- y de una dosis de realidad en la Champions perdiendo en casa contra el hijo prodigo del barcelonismo, Pep Guardiola.

El Madrid necesitaba ganar si quería seguir vivo, no tenía otra, pero jugó a la defensiva, mostrándose chiquito en su cancha y dando claros síntomas de debilidad. El Barça lo superó en todo, tuvo el balón, las ocasiones y la iniciativa. Pero el fútbol son goles y en una de las pocas que tuvieron los blancos, y de rebote, consiguieron hacer la única cosa que le faltó al Barça, el gol.

A pesar de eso, sigo pensando que este es el camino a seguir. Así, se ganarán muchos partidos, cosa que no veo clara en el caso del Madrid. El resultado, a mi entender, es un puro espejismo. El Barça mereció más, pero perdonó a su eterno rival. La lucha sigue, queda mucho.

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