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Con un solo triunfo en los últimos seis partidos por las Eliminatorias 2026, la Selección de Brasil enfrentó a su similar de Chile con la necesidad de volver a sumar de a tres para engancharse nuevamente en la tabla de posiciones. Luego de perder por 1-0 en su última visita a Paraguay, los de Dorival Júnior se estancaron en la quinta casilla con 10 puntos, cuando a estas alturas en el proceso clasificatorio anterior eran líderes con 22 unidades. Por tal motivo, este triunfo por 2-1 en Santiago sirve para poco a poco ir limpiando el ambiente de dudas que los rodea desde el año pasado y que propició la salida de Fernando Diniz.
Con las ausencias de titulares como Vinícius Júnior y Guilherme Arana, quienes fueron desconvocados por lesión, Dorival rearmó su alineación titular y, a diferencia del 4-3-3 que paró en la fecha pasada contra Paraguay, esta vez dispuso de un 4-2-3-1: Ederson; Danilo, Marquinhos, Gabriel Magalhães, Abner Vinícius; Lucas Paquetá, André; Savinho, Raphinha, Rodrygo; Igor Jesus. El sistema usado por Brasil fue muy cambiante y varió dependiendo de la forma en que atacaba.
A pesar de que Chile abrió el marcador a los 2′ a través de Eduardo Vargas, la ‘Verdeamarela’ no modificó su estrategia inicial y buscó imponerse en la medular gracias a la movilidad de sus mediocampistas. Paquetá y André intercalaron sus posiciones para no ser referenciados con facilidad y así hacerle frente a la volante chilena, que al menos durante los primeros 25′ fue muy intensa y trató de equiparar el trámite con mucha presión. Eso de algún u otro modo trastocó los planes de los visitantes, ya que al tener muy pocas líneas de pase se les hizo difícil hallar a sus delanteros.
Pero la estrategia de Chile no iba a durar todo el partido, pues demanda un nivel de atención altísimo y un desgaste mental que con el correr de los minutos va favoreciendo al rival que ataca. De esta manera, conforme Rodrygo y Savinho empezaron a tener mayor incidencia por las bandas, el repliegue defensiva de los pupilos de Ricardo Gareca se hizo más endeble y el talento brasileño se impuso a pesar de la marca escalonada. Así surgió el 1-1 a los 45′+1, con el ‘26’ ganándole el vivo a Thomas Galdames para llegar hasta línea de fondo y asistir a Igor Jesus.
Replanteo y mayor resto físico
Dorival Júnior refrescó su mediocampo tras el entretiempo e ingresaron Bruno Guimarães y Gerson, en lugar de André y Lucas Paquetá –quien recibió una tarjeta amarilla en el primer tiempo y quedó suspendido para el partido contra Perú–. Estas modificaciones hicieron que Chile perdiera la batalla en una zona donde trataron de competir el partido en la primera mitad, lo que hizo que Brasil ganara terreno hasta alejar cualquier posibilidad de peligro en el arco de Ederson.
En ataque, el ‘Scratch’ cambia su sistema táctico para pasar del 4-2-3-1 al 3-1-4-2 cuando quiere hacer mucho daño por las bandas y, a su vez, acumular muchos hombres al borde del área para ganar las segundas jugadas. Así nada queda al azar y evita que su rival encuentre algún balón suelto con el que pueda iniciar un contragolpe. A diferencia de Paquetá, que apenas tuvo un par de intervenciones que generaron peligro, Guimarães estuvo más incisivo en la generación de juego y colocó a Brasil unos metros más adelante, aprovechándose del desgaste físico de los futbolistas de Chile.
Con el 1-1 y la necesidad de los tres puntos, Luiz Henrique tomó el lugar de un agotado Savinho y trató de ahogar las últimas balas de Brasil para marcharse de Santiago con la victoria. Chile, por su parte, apeló a retroceder sus líneas y entendió que el empate era el mejor resultado posible dadas las circunstancias del partido. No obstante, cuando estaba a punto de cumplirse los 90′, el ‘7’ recibió el balón de Guimarães y quedó mano a mano con Marcelo Morales, quitándoselo de encima con mucha facilidad para sacar un zurdazo y vencer a Brayan Cortés.
Está claro que este Brasil no es el de otros tiempos y que la ausencia de un futbolista tan determinante como Neymar se siente en diversas facetas del juego. Hoy tienen a un extremo de otras características como Vinícius, pero que tuvo que ser desafectado por lesión. Lo cierto es que, pese a que hay una decadencia en cuanto a recursos en comparación con otras épocas –tanto de titulares como en piezas de recambio–, sigue siendo la pentacampeona del mundo y su peso se hace más evidente cuando el cansancio del rival expone sus fisuras. Chile hizo todo lo posible para conseguir el milagro, pero frente a un equipo con más materia prima, estaba claro que en cualquier momento su bloque defensivo sería vulnerado.
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