Hace unos días, el diario Al Wafa divulgó una propaganda usando mensajes cifrados donde aparecía un terrorista con una AK-47 junto a una bomba con la bandera del ISIS. La frase "esperen por nosotros" acompañó la imagen.
Analizando la situación política y social, el Estado Islámico está perdiendo terreno tras las acciones contrasubversivas de Estados Unidos y Rusia en diversos países del medio oriente. Sin embargo, sigue siendo uno de los grupos yihadistas más peligrosos.
Hace unos meses, San Petersburgo—una de las ciudades donde se jugarán partidos del Mundial—sufrió un atentado terrorista producto de una explosión generada por un ciudadano de etnia uzbeka. Si bien Rusia había sufrido algunos otros ataques, este fue el primero que vino desde el Medio Oriente.
Esto pone un escenario peligroso en Rusia. El estancamiento económico y político ha despertado mucho recelo en el país, haciendo que varios ciudadanos, sobre todo migrantes, se adhieran al intento de expansión de diversos grupos yihadistas.
Además, todos los grupos yihadistas están en contra de Rusia, país que—como mencioné en párrafos anteriores—junto a Estados Unidos combaten a los diferentes grupos yihadistas del medio oriente. Hace poco, expulsaron a ISIS de la ciudad de Raqqa, lo que ha generado ánimo de venganza.
A diferencia de otras situaciones, sí existe presencia del Estado Islámico en Rusia. Y una fuerte. Los yihadistas, llevados a hacer todo por Alá como lo interpretan del Corán, son capaces de cometer múltiples atentados en el máximo certamen de fútbol.
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