Los seguidores de la serie animada Super Campeones siempre se preguntaron si Oliver Atom estaba inspirado en un jugador de carne y hueso. La respuesta la tienen en Kazuyoshi Miura, un respetado futbolista japonés que vivió lo que el Capitán Tsubasa y que con 52 años, se mantiene en el fútbol profesional.
Miura juega como delantero en el Yokohama F. C. de Japón. Su avanzada edad no le ha impedido seguir en el profesionalismo. De hecho, sigue marcando goles y según sus propias palabras, quiere jugar hasta tener 75 años. Y pensar que todo empezó lejos de su país natal.
Al igual que Oliver Atom, Kazuyoshi Miura irrumpió en el mundo del fútbol desde Brasil, a donde llegó con quince años. Natural de la prefectura de Shizuoka, como Tsubasa, Miura comenzó su carrera en los años ochenta en Brasil. Militó en el Santos, el Palmeiras y el Curitiba.
En Super Campeones, Oliver Atom también se fue de casa para formarse en Brasil al lado de Roberto. Fichó por ‘Brancos’ (Sao Paulo F.C.), fue la estrella del equipo y al poco tiempo pasó al fútbol europeo para jugar en Cataluña (FC Barcelona).
El hoy jugador del Yokohama F. C. volvió a Japón ya como profesional. Y se convirtió en el principal goleador nacional de la recién instaurada J.League con el Verdy Kawasaki, equipo en el que logró 100 goles a lo largo de ocho temporadas.
Kazuyoshi Miura fue el primer japonés en jugar en Italia. Estuvo en el Génova y también disputó una temporada en el Sídney australiano y otra en el Dinamo de Zagreb croata. También fue la gran estrella de la selección de Japón en los años noventa aunque sus méritos y su repercusión no fueron tenidos en cuenta por el seleccionador, que le apartó de la primera lista mundialista que acudió a esta competición, en Francia. Takeshi Okada, el entonces técnico, no le convocó.
Su último partido con la selección fue un amistoso contra Jamaica en Casablanca, el 6 de junio del 2000. Aun así, Miura continúa en activo como componente del plantel del Yokohama, de la segunda división de Japón. Tiene ganado el respeto de su país y ni siquiera se plantea todavía dejar el césped y probar el banquillo.
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