En enero de este año, Jordi Cruyff fue anunciado como nuevo entrenador de la Selección de Ecuador. El hijo del histórico Johan, fue presentado en la Casa de la Selección en Quito en un evento en el que participaron dirigentes del fútbol local, jugadores e incluso el presidente de Ecuador, Lenín Moreno.
Francisco Egas, presidente de la FEF era anunciado como el gran artífice de la sorprendente contratación. “Tenemos mucho que aportar en la construcción del talento y para acercar a los hinchas a nuestra selección”, explicaba; sin embargo, existía una oscura historia detrás de todo.
El pasado viernse, Egas fue destituido de su cargo tras ser acusado de generar una “grave crisis institucional” en la Federación Ecuatoriana por su “unilateral gobernanza” al actuar al margen de los estatutos y de las decisiones del directorio.
La gota que rebalsado el vaso fue la contratación de Cruyff en un momento en el que la institución no tenía el dinero suficiente para hacerlo. El directivo sobrepasó el presupuesto.
La FEF asignó un presupuesto de cuatro millones de dólares para contratar a Cruyff y al español Antonio Cordón, como director deportivo del seleccionado para el clasificatorio sudamericano al Mundial de Catar-2022. Sin embargo, la FEF indicó en su resolución que “nuestra sorpresa fue conocer que se había irrespetado la decisión del directorio y el monto de los contratos ascendía a cerca de seis millones de dólares”.
La mayoría de miembros de su directorio (seis de nueve) designaron al ex vice Jaime Estrada como nuevo presidente del organismo y Egas fue rebajado al puesto de tercer vocal principal.
Jordi Cruyff y su cuerpo técnico aceptaron un recorte salarial de 70% según la resolución.
La Federación explicó que Egas “irrespetó” sus decisiones y “abusó" de sus facultades al firmar “un contrato totalmente desproporcionado a nuestra realidad económica como país e institución”.
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